141 Atesoras para sí o te entregas plenamente.
En
muchas ocasiones nuestra eficacia depende de conocer los talentos que tenemos y
de que una vez conocidos los hagamos fructificar. Somos más eficaces si
trabajamos en aquellas parcelas que estamos más preparados o en aquellas que
nos encontramos más realizados personalmente o en aquellas otras de las que
somos entusiastas seguidores. Por lo tanto es muy importante conocer nuestras valías,
nuestras satisfacciones: en el mundo laboral o en el mundo solidario; para no
ir dando tumbos en campos que no conocemos o en campos que sentimos
insatisfacción, desasosiego o apatía.
Bien
es cierto que a veces no podemos elegir el trabajo adecuado o no podemos ayudar
en aquella ONG que nos llenaría de satisfacción y entonces tendremos que ser
más generosos aún para realizar aquella labor que nos incomoda o nos molesta o
por lo la que sentimos insatisfacción; pero otras muchas veces, con entusiasmo e
ilusión encontraremos esa labor que nos hará ser felices haciendo a los demás también
felices y dichosos. Con nuestros proyectos ambiciosos podemos hacer mucho bien.
A
mí me fascina la figura de Teresa de Calcuta, una mujer que derrochó toda su
vida para favorecer a los más pobres de entre los pobres, en lugares
tremendamente difíciles anacrónicos en donde no parecía posible que una
cristiana comprometida pudiera ejercitar su fe; y allí estaba ella dispuesta a
dar un ejemplo vivo y exigente de la presencia de Jesucristo en la tierra. Son
las aparentes contradicciones de este mundo nuestro: unos atesorando para sí y
otros entregando plenamente su vida parar los demás; gastándose en un perfecto
holocausto de amor y cariño.
Otros
ejemplos para mí singulares son los de Juan Pablo II y el papa Francisco, dos
personajes insólitos que han sabido y saben vivir con destreza su vocación;
plenamente convencidos de cuál es su misión en la tierra; dispuestos a darlo
todo para conseguir el objetivo, difícil en tantas ocasiones. La maravilla de
la existencia se ve en estas personas que conquistan el mundo utilizando la
poderosa arma del amor.
Tengo
un hermano, Miguel Jesús que lleva XXX años de sacerdote y misionero en Madagascar,
y él en esa labor dura y exigente ha encontrado a Dios y ha encontrado el cauce
para hacer felices a los demás. Austeridad sacrificio, constancia, renuncia
familiar, salida de su patria, incomodidades a veces extremas… Todo para llevar
a cabo la llamada del Señor Jesús. Y para ello había que ir allí, a ese rincón,
bello rincón, pero alejado del mundo y de la civilización occidental, a
renunciar a todo y dispuesto a caminar con ellos y por ellos; dispuesto a la
enfermedad, al hambre, a la sed, a riesgos imprevisibles, a calamidades…
Yo
he estado del Profesor de secundaria 35 años. En esos años, además de dar clase
de matemáticas, organizaba las actividades extraescolares, y en una y otra
actividad he encontrado mi vocación, mi encuentro con Dios y mi encuentro con
los jóvenes. Con los jóvenes e descubierto una perspectiva nueva del acontecer
diario; he encontrado: una vitalidad, una vibración, un entusiasmo para caminar
cada día y siempre procurando vivir las virtudes, procurando ejercitarme en los
valores educativos, intentando vivir: el respeto, la cordialidad, la amabilidad
… Todo junto a los jóvenes pero dando ejemplo o procurando dar ejemplo, y
además procurando dejar la huella de Jesús en ellos; y todo de una manera
sencilla, natural; día a día, no haciendo cosas raras, si no predicando con el
ejemplo: el ejemplo de la disponibilidad, el ejemplo de la autenticidad; con
fallos, ¡pues sí con fallos!, con errores, ¡pues sin con errores!, pero con el empeño
constante de la honestidad, de la coherencia; con el ejemplo de estar cercano a
los demás para poder estar disponible.
Me
viene ahora a la memoria el recuerdo de mi padre. Él empezó a trabajar con
trece años, en 1932, había muerto su padre y tuvo que hacerse cargo de su
familia, en el mismo trabajo estuvo durante 60 años. Años fecundos llevando una
labor constante, un día y otro; como el borrico de noria, una vuelta y otra y
siempre con la mirada en Dios y con la mirada en los demás. Para mí es el
ejemplo de la viva y perseverante austeridad, una austeridad: exigente y
sacrificada pero serena. Él siempre vio en su trabajo y en su familia un camino
hacia Dios, un porqué que lo llenaba todo.
Así
podemos hablar: de millones de madres de familia que cumplen con su deber
calladamente y con constancia y abnegación; de millones de obreros que con su
trabajo se sacrifican por su familia y por hacer más agradable la vida a todos
los ciudadanos; de millones de personas que crean junto a Dios un horizonte
colmado de satisfacciones; junto a Dios y junto a los demás y junto al trabajo y
junto al cada día lleno de: emociones, satisfacciones y ¡cómo no!
contrariedades; pues ciertamente la cruz no falta, ni para el que cree, ni para
el que no cree.
Adelante,
descubre tu Talento, descubre tu Camino y ejercítate, ahonda y vive con
entusiasmo. Dios animara tus pasos, Dios te empujara en los ascensos y llegaras
a la Meta y serás feliz y recibirás el abrazo. Recibirás: “El Entusiasta Abrazo
de un Amor Eterno”.
Publicada en “Cartas al Director,
Tu voz en la red” Digital 12 de septiembre de
2014
Publicado en Forumlibertas.com 23 de septiembre de 2014