342 Construir
el ideal católico en los hijos.
Siguiendo el esmerado esquema del psicólogo y
profesor de educación en la Universidad Estatal de Nueva York en Cortland, Thomas
Lickona: he construido este artículo breve y conciso para indicar cuales han de
ser los firmes pilares del carácter católico de nuestros hijos.
Hoy por desgracia de esto se habla muy poco y se
explica muy poco en las catequesis; y es por ello por lo que los cristianos, en
estos tiempos difíciles, adolecemos de una formación adecuada, y sin formación
a Dios no se le entiende.
Hoy el mundo habla otro lenguaje, muchas veces
opuesto a la fe, y los cristianos sin formación y sin la sabiduría Divina y
Humana que necesitamos acabamos claudicando ante la avalancha materialista y
egoísta de este mundo incrédulo y malintencionado.
Tenemos que empezar a desempolvamos los catecismos
de hace al menos 50 años y dejarnos de libros de hoy que solo exponen una
caricatura de la fe, una imitación poco profunda descafeinada y poco rigurosa.
Y
para comenzar con el carácter católico, la mejor manera es comenzar preguntando:
¿Cuál
es el sentido de la vida?
Las
Escrituras y la Iglesia nos enseñan que hay tres cuestiones, divinamente
ordenados, que dan sentido a la vida:
·
La
salvación:
o
La
búsqueda clara de salvar nuestras almas eternas y ayudar a salvar las almas de
otros.
·
El
servicio:
o
El
usar los dones dados por Dios para el bien de los demás. Lo dones pertenecen a
Dios creador y a la creación, de ella vienen y a ella se han de dirigir
·
La
santificación:
o
El
crecer en santidad para construir el Reino de Dios aquí en la tierra.
La
santificación, que es la esencia de estas importantísimas metas de vida, es básica
y primordial para construir el carácter católico.
Podríamos
decir que la Salvación es la meta a la que tenemos que llegar a través del
Servicio y de la Santificación personal.
Al
final del Sermón de la Montaña, Jesús dice algo asombroso:
·
“Sean
perfectos como su Padre celestial es perfecto” (Mt 5,48).
San
Gregorio lo dijo así:
·
"La
meta de una vida virtuosa es hacerse igual a Dios."
Las
Escrituras nos dicen:
·
"Dios
es amor" (1 Jn 4,16).
o
Si
queremos ser como Dios, nuestra vocación es el amor. La esencia del amor es
sacrificarse por el otro, como hizo Jesús.
·
“El
amor es la donación plena de sí”.
Entonces:
¿Cuál
es nuestra meta si queremos desarrollar el carácter católico en nuestros hijos
y en nosotros mismos?:
·
El
carácter de Cristo. Una vida de entrega.
·
En
resumen, la última misión de cada familia católica, así como la misión de la
Iglesia entera, es convertirnos en pequeños Cristos.
·
Es
fomentar con la ayuda de la gracia de Dios la "transformación" en
Cristo que el Espíritu Santo arrancó en nuestro bautismo
¿Cuáles
virtudes debemos fomentar?
·
Un
carácter como Cristo se construye sobre la base de lo que la Iglesia llama
"Las Virtudes Naturales."
Entre
las virtudes naturales que deben nutrir las familias y las escuelas están las
cuatro promovidas por los griegos de la antigüedad, nombradas en las Escrituras
(Sab 8,7) y adoptadas por la Iglesia como las "Virtudes Cardinales":
·
La
Prudencia, que nos permite discernir lo que debemos hacer.
·
La
Justicia, que nos permite respetar los derechos de los demás y darles lo que se
les debe.
·
La
Fortaleza, que nos permite hacer lo correcto en medio de las dificultades.
·
La
Templanza, que nos permite controlar nuestros deseos y evitar el abuso incluso
de placeres legítimos.
Estas
virtudes naturales se desarrollan a través del esfuerzo y la práctica con la
ayuda de la Gracia de Dios.
Sin
embargo, para poder desarrollar un carácter como Cristo, necesitamos algo más
que las virtudes naturales, también necesitamos las tres “Virtudes Sobrenaturales”
o "Teologales":
·
La
Fe en Dios, que nos permite creer en Dios y en las enseñanzas de su Iglesia.
·
La
Esperanza en Dios, que nos lleva a ver la Vida Eterna como nuestra meta más
importante y a poner toda nuestra confianza en Dios.
·
El
Amor de Dios, que nos permite amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro
prójimo como a nosotros mismos.
Las
tres virtudes teologales se consideran sobrenaturales porque vienen de Dios y
tienen como su propósito nuestra participación en la vida divina de Dios.
Como
enseña el Catecismo (1813):
·
“Las
virtudes teologales no están separadas de las virtudes naturales; más bien:
fundan, animan y caracterizan el obrar moral del cristiano”.
El
escritor católico Peter Kreeft señala:
·
“El
cristiano es prudente, justo, valiente y se domina a sí mismo por: la fe en
Dios, la esperanza en Dios y el amor a Dios."
Las
virtudes sobrenaturales, como las naturales, se fortalecen a través del
esfuerzo y la práctica, en cooperación con la gracia de Dios.
Publicado
en Diario de Córdoba. Digital 16 septiembre de 2015
Publicado en Forumlibertas.com 18 de septiembre de
2015
Publicada
en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 17 de
septiembre de
2015