580 El
Papa y la lacra terrorista
El papa Francisco quiso mostrar su cercanía y cariño a
las víctimas del atentado que tuvo lugar este lunes, día 9 de diciembre, en Berlín. Atentado en el que
un camión se abalanzó sobre la multitud en un mercado navideño.
Por ello, el cardenal Pietro Parolin, secretario de
Estado, ha enviado un telegrama, en nombre del Papa, dirigido a monseñor Heiner
Koch, arzobispo de Berlín.
En él, su Santidad manifiesta su personal
participación en el luto de los familiares, expresando la propia compasión y
asegurando su cercanía a su dolor.
Asimismo, asegura que en la oración encomienda encarecidamente
a la misericordia de Dios a los difuntos y suplica la pronta y muy favorable curación
de los heridos.
Igualmente el Papa nos dice a todos en un ruego y en
un clamor suplicante:
·
Me uno a todos los hombres de buena voluntad que se
empeñan en que la locura homicida del terrorismo no encuentre más espacio en
nuestro mundo.
Más que un ruego la petición del papa Francisco es un
lamento, el lamento del pastor que ama a sus hijos, la de un pastor al que le
urge la paz; porque sabe y conoce bien el daño incalculable que origina la
violencia; y sobradamente sabe todos sus nocivos, y tantas veces atroces,
efectos:
·
Cuántas dramáticas situaciones.
·
Cuanto sufrimiento.
·
Cuántas personas mutiladas y aniquiladas.
·
Cuántos seres humanos destruidos psíquicamente.
·
Cuánto horror y cuántas pesadillas.
·
Cuántas tragedias familiares y sociales.
·
Cuántos niños y jóvenes vapuleados por el azar.
·
Cuánta destrucción masiva de cosas personales:
Ciudades, hogares, familias, amigos, hospitales, recuerdos, colegios.
·
Cuánta maldad malsana originada por la crueldad de
personajes sin escrúpulos y sin corazón.
·
Cuánta triste y desalentadora oscuridad.
·
Es la noche oscura total y absoluta para el cuerpo y
para el alma.
·
Es, en el horizonte, el anuncio certero e implacable de un apocalipsis
final.
En
estos días de Navidad, cuando Jesús nace en Belén, unos pastores que pernoctan
junto a su rebaño, muy cerca de donde nace el niño, reciben un anuncio por
parte del ángel de que Jesucristo había nacido y el ángel les dice en su
despedida: “Gloria a Dios en el cielo y Paz en la tierra a los hombres de buena
voluntad”
Publicada en DIARIO DE ÁVILA
Digital 28 de diciembre de 2016
Publicada en “Cartas al
Director, Tu voz en la red” Digital
28 de diciembre de 2016