586 El “tufo” de Pablo Iglesias.
A
Pablo Iglesias cada vez se le está viendo más claro cuáles son sus objetivos:
“Ya huele”, y ante todo el carácter dictatorial de la gran mayoría de sus
acciones y el odio imperante en las mismas.
En
cuanto a la violencia es difícil encontrar un perfil más negativamente definido:
·
Defiende la violencia con saña y agresividad.
·
Escucha, y además en sede
parlamentaria, a los que atacan a las Fuerzas de Seguridad del Estado.
·
Defiende las políticas de ETA, y siempre pretende ayudar a los presos
criminales de esta institución terrorista.
·
Defiende a los sindicalistas violentos y a los piquetes agresivos, caso
Bódalo.
·
Defiende las movidas callejeras en los alrededores del Congreso.
·
Defiende cualquier tipo de movilizaciones callejeras, incluso las más
violentas.
·
Defiende a los anti demócratas del gobierno de Venezuela.
·
Defiende la Revolución Comunista Cubana y a su líder Fidel Castro.
·
Defiende a los okupas, sólo por el mero hecho de ser antisistema y provocar
habitualmente altercados.
·
Defiende a todo aquel que ataque la Constitución.
·
Defiende a los que atacan, incluso con violencia, a la Iglesia católica
y a sus instituciones.
·
Se pone de parte de todos aquellos que atacan la unidad de España y a
sus símbolos.
·
Se jacta de que los huelguistas en una manifestación ataquen
brutalmente a la policía.
·
Defiende, a capa y espada, el referéndum secesionista de Cataluña.
·
Ante cualquier disturbio o protesta busca a los suyos para que apoyen
la acción.
·
Y por ultimo
defiende a ultranza el caso de la tuitera Cassandra Vera y sus tuits sobre
Carrero Blanco.
Ante esto está claro que la
violencia y la agresividad corren por sus venas y forman parte de su vida, de su ideología
y de su política social y parlamentaria.
También
se descubre que su paraíso es 100 por 100 comunista.
En
el Parlamento siempre saca temas polémicos y desafiantes, y nunca temas de
paro, ni de mejora laboral, ni de la prosperidad del país y de sus ciudadanos.
Parece
con estas, y otras muchas cuestiones, que lo que pretende es la venganza. A mí
no me cabe la menor duda.
Parece
querer que se repitan los hechos del 36, pero que en este caso sean los
comunistas los ganadores en el campo de batalla.
Para
esto lógicamente y previamente se necesita una labor de destrucción lenta y
eficaz que vaya minando poco a poco el estado de derecho.
Por
eso su política exige dar un paso adelante y si es necesario otro atrás, ceder
en algo para conseguir otros objetivos.
Y al
final, y objetivo tras objetivo, conseguir la conquista de la nación española.
Y
ya en ese caso, tras la victoria, no habrá ni separatismos, ni libertades, ni
Autonomías, ni Constitución. Sólo habrá un líder revolucionario, totalitario y
comunista, o afín, llamado Pablo Iglesias. Y un país aniquilado, destruido,
empobrecido, hambriento, inculto, analfabeto, deprimido, explotado; y sin
religión, sin Dios, sin tradiciones, sin costumbres y con mucho adoctrinamiento
comunista que antes se llamaba España.
Ante
esta realidad no vale la apatía, ni el cruzarse de brazos, ni el quitarle
importancia; sólo vale la actitud valiente y activa, y si no lo hacemos quizás
algún día tengamos que lamentarnos, como hoy ya se lamentan los venezolanos, y
otros muchos que dejaron pasar, una y otra vez, y hoy están bajo el indigno
oprobio de la dictadura, cualquiera que sea.
Publicada
en DIARIO DE ÁVILA Digital 6 de abril
de 2017
Publicado
en Diario de León. Digital 6 abril de 2017