429 Dios sueña
en familia.
El 4 de octubre, el Papa Francisco inauguró el
Sínodo de los Obispos sobre la Familia, con
una solemne Misa en
la Basílica de San Pedro del Vaticano. En ella participaron todos los Padres Sinodales
que, desde la óptica de la fe, reflexionarán, hasta el próximo 25 de octubre, sobre
la familia.
La familia que es:
·
”El espléndido tesoro de una Iglesia que: ha
sido, es y será siempre entusiasta y fecunda en el amor”
En estos días, del principio del Sínodo, todos los
cristianos tenemos que unirnos en oración para pedir insistentemente al Señor
por los frutos del mismo y por el acierto en las decisiones de los Padres
Sinodales. Hoy día la familia está sometida a constantes y duras pruebas, lo
que va en detrimento: de la propia familia, que cada persona, de la sociedad,
de la iglesia y del mundo. Nada escapa a la realidad familiar, dado que todos
de formas diversas estamos unidos a esta realidad prioritaria y esencial de la
vida de las personas. Los destructores de la humanidad, que abundan en muchos
lugares, organizan todo tipo de eventos en todo el mundo para destruir a la
familia, pues saben que destruida la familia se destruye a la sociedad. Los
amigos del diablo que cada vez son más y más peligrosos se organizan también
para atacar de diversas formas, algunas muy agresivas, a la familia haciendo con
ello tambalearse los cimientos de la estructura social.
Y comienza el Santo Padre:
·
Éste es el sueño de Dios para su criatura
predilecta:
“Verla
realizada en la unión de amor entre hombre y mujer; feliz en el camino común,
fecunda en la donación recíproca”.
Francisco dividió la homilía en tres partes:
·
El drama de la soledad.
·
El amor entre el hombre y la mujer.
·
Y la familia.
Sobre la soledad subrayó el Pontífice:
·
“La soledad es el drama que aún nos aflige”.
Un tremendo drama y uno de los grandes problemas
de la sociedad contemporánea. Y dice:
·
“Pienso en los ancianos abandonados incluso
por sus seres queridos y sus propios hijos”.
·
“Pienso en tantas personas que de
hecho se sienten solas, no comprendidas y no escuchadas”.
·
“Pienso en los emigrantes y los refugiados
que huyen de la guerra y la persecución”.
·
“Y pienso en tantos jóvenes víctimas de la
cultura del consumo, del usar y tirar, y de la cultura del descarte”.
El Papa enfatizo, despacio, con serena
magistralidad, que hoy se vive la paradoja de un mundo ampliamente globalizado:
·
En el que vemos tantas casas de lujo y
edificios de gran altura, pero cada vez menos calor de hogar y de familia.
·
Muchos proyectos ambiciosos, pero poco
tiempo para vivir lo que se ha logrado.
·
Tantos medios sofisticados de diversión,
pero cada vez más un profundo vacío en el corazón.
·
Muchos placeres, pero poco amor.
·
Tanta libertad, pero poca autonomía….
En esta realidad:
·
“Son cada vez más las personas que se
sienten solas”
Y otras
muchas:
·
“Las que se encierran en el egoísmo, en la
melancolía, en la violencia destructiva y en la esclavitud del placer y del
dios dinero”.
Francisco insistiendo advirtió sobre el matrimonio:
·
“Cada vez hay menos seriedad en llevar
adelante una relación sólida y fecunda de amor”.
·
“El amor: Duradero, fiel, recto, estable, fértil
es cada vez más objeto de burla y considerado como algo anticuado”.
Pero, además desgraciada e incomprensiblemente:
·
“Las sociedades más avanzadas son
precisamente las que tienen el porcentaje más bajo de tasa de natalidad y
el mayor promedio de abortos, de divorcios, de suicidios y de
contaminación ambiental y social”.
También dijo con seguridad y firmeza:
·
“Dios no ha creado el ser humano para vivir
en la tristeza o para estar solo, sino para la felicidad, para compartir su
camino; y para ver su amor fecundo en los hijos”.
·
“Para Dios, el matrimonio no
es una utopía de adolescente y en efecto, el miedo de unirse a este gran proyecto
paraliza el corazón humano”.
Al hombre de hoy nos dice el Papa:
·
“Lo vemos ir tras los amores temporales,
pero soñando con el amor auténtico”.
·
“Lo vemos correr tras los placeres de la
carne, pero deseando la entrega total”.
Y eso es, dice Francisco, lo que hace comprender:
“La tristeza de este mundo”.
Y continúa: “En este contexto social y matrimonial
bastante difícil, la Iglesia está llamada a vivir su misión en la fidelidad, en
la verdad y en la caridad”.
“Por qué, sin verdad, la caridad cae en mero
sentimentalismo y este es el riesgo fatal del amor en una cultura sin verdad”,
dijo con palabras de Benedicto XVI.
En definitiva, la Iglesia debe:
·
“Vivir su misión en la caridad que no
señala con el dedo para juzgar a los demás, sino que –fiel a su naturaleza como
madre– se siente en el deber de buscar y curar a las parejas heridas con
el aceite de la acogida y de la misericordia”.
·
“Así como debe de ser “hospital de campo”,
con las puertas abiertas para acoger a quien llama pidiendo ayuda y apoyo; y
debe de salir del propio recinto hacia los demás con amor verdadero, para
caminar con la humanidad herida, para incluirla y conducirla a la fuente de la
salvación”.
Publicada
en DIARIO DE AVILA Digital 6 de octubre de
2015
Publicado
en Diario de Córdoba. Digital 6 octubre
2015
Publicada
en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 6 de octubre de 2015
Publicada
en Diario JAÉN 7 de octubre de 2015
Publicado en Periódico de Extremadura.
Digital. 9 de octubre de
2015