10.-- En la Calle, durante la
procesión al Cristo de los Estudiantes
Es miércoles Santo. Son las 7
de la tarde. Las puertas de San José se abren de par en par, sale con esplendor inusitado el Cristo de la
Buena Muerte. Es la hermandad de los Estudiantes. No estamos en una tarde
cualquiera. No es un acontecimiento insignificante. Es mucho lo que acontece.
Cristo sale a la calle. Se hace el silencio. La emoción se palpa. Brillan los
ojos de todos. El corazón late fuertemente. Los relojes se paran porque el
tiempo deja su espacio a la eternidad. La armonía invade nuestros cuerpos en estos bellos momentos.
Sin saber por qué somos felices, especialmente felices. El dolor, las penas,
las contrariedades han desaparecido momentáneamente. Todo está lleno de una paz
inmensa, de una paz que nos llena de sosiego y de tranquilidad. Estamos ante la
presencia del Dios soberano, de un Dios que por nosotros quiere culminar su
vida clavado en una cruz. Y esa cruz está ahora mismo aquí, delante de nuestros
ojos. Tenemos que pedir perdón porque nosotros no valoramos suficientemente la
entrega generosa de nuestro amado Jesús. Jesús ama y nosotros odiamos. Jesús da
y nosotros sólo queremos recibir. Jesús hace
un canto a la esperanza y
nosotros llenamos nuestra vida de melancolía y de tristeza. Las palabras en estos momentos sobrarían, pero
nuestro corazón arde y brotan de nuestra alma unas palabras de cariño, el amor
lo puede todo, el amor lo conquista todo
y nosotros estamos ahora locos, locos de amor, de un amor pujante, ardiente,
juvenil. No queremos que pase el tiempo,
queremos seguir aquí junto a ti arropados bajo tu última mirada en la tierra.
Cristo de la Buena Muerte no nos
olvides, no nos dejes caer en la trampa de una vida superficial y anodina.
Empuja nuestras vidas para que seamos luz y fermento, para que seamos la
esperanza de los jóvenes de nuestro
tiempo. Los jóvenes nos necesitan, necesitan nuestro apoyo y nuestro consejo,
necesitan nuestro ejemplo...
El IES Reyes de España en
este año que se cumple el 25 aniversario de su inauguración quiere hacer a la
cofradía de los Estudiantes de Linares el obsequio de una placa conmemorativa para agradecer el
esfuerzo que la cofradía hace con los estudiantes de la ciudad. Y para Ti Señor
de Los Estudiantes una flor como muestra inequívoca de nuestro inmenso cariño. Gracias
a todos los que componéis la cofradía, los jóvenes de Linares os necesitan.
Y para terminar, con el alma
encendida, una oración, la oración que Tú Jesús
nos enseñaste, esta oración que día a día recorre el mundo de este a
oeste y de norte a sur
Padre nuestro que estás en
los cielos...