Presentación del Pregonero: Rafael Gutiérrez Amaro




Presentación 

EXCELENTISIMO SR. ALCALDE

SEÑOR ARCIPRESTE DE LA CIUDAD

SR. PRESIDENTE DE LA AGRUPACIÓN DE COFRADIAS.

PRESIDENTES Y HERMANOS  MAYORES DE LAS HERMANDADES Y COFRADIAS

QUERIDA CIUDAD DE ANDUJAR, QUERIDOS PAISANOS.

No puedo empezar mi presentación sin antes darles a conocer a ustedes cuáles son mis raíces. Yo nací hace 50 años en esta querida ciudad, en la corredera Capuchinos, cuando esa calle compartía también la obligación de ser un tramo importante de la nacional IV.
Allí me divertía, allí jugaba y allí yo era un niño feliz. Andujar fue para mí ese paraíso que en la niñez todos llevamos en el alma.
La Virgen de la Cabeza ha sido siempre en mi vida una pasión dominante, un amor fuertemente arraigado, una bella reliquia, un escapulario, una Patrona, Una Madre.
Desde hace veinticinco años resido en Linares, trabajo en Linares y desde allí comparto las nobles ilusiones de todos los andaluces y de todos los españoles. Allí en Linares nacieron mis tres hijos: Rafael Carlos, Antonio Mª y Julia
Conocí a José Antonio Balboa Gómez en el año 1987, año en que  llegó al IES Reyes de España como profesor de religión, yo ya llevaba allí unos años como profesor de matemáticas. La primera relación no fue fácil, el y yo, teníamos motivos de divergencias, pero poco a poco los desajustes dieron paso, y todo por la gracia de Dios, a la amistad. Yo en el Instituto buscaba a José Antonio, charlaba con José Antonio, aprendía con José Antonio y disfrutaba con José Antonio. Acabe siendo un buen amigo suyo, un buen amigo de nuestro estimado y prestigioso pregonero.
Como profesor, tiene el carisma de los profesores de antaño, siempre ha compartido con los alumnos la juventud del espíritu. Los alumnos con él se divertían aprendiendo. La fe les llegaba a los jóvenes a través de la gracia humana de su profesor de Religión. Con ellos jugaba poniéndose a su altura. Siempre nuestro pregonero ha tenido vocación de docente, enseñar para el ha sido una pasión. En noviembre del año 2002 tuve la suerte de participar en el acto en el que nuestro querido don Antonio se despidió del Instituto, el  se merecía un homenaje y que mejor homenaje que la compañía prolifera de los compañeros que le queríamos. En aquel acto  deje para él esculpido en plata las palabras de un salmo: " Ha nacido la luz para el justo y para el recto de corazón la alegría”. No son unas palabras cualquiera, son el resumen de una vida llena de luz, llena  de rectitud, llena de esperanza
En aquellos tiempos compartí con él momentos de felicidad y de alegría y momentos de tristeza. En más de una ocasión  - José Antonio, perdóname esta confidencia en voz alta - él me decía: esta noche he llorado. Y yo personalmente, en momentos tristemente emotivos, he visto caer las lágrimas de sus ojos, eran las lágrimas de un hombre con corazón, de un gran hombre con un gran corazón. Yo he conocido sus tristezas, sus desasosiegos, sus  decaimientos. Uno de los momentos trascendentes en la vida de José Antonio fue la muerte de su madre: Doña  Paquita,  el año 2001. Ella fue para él: la madre.  Esa madre querida que todos llevamos en el alma. Para él su madre era un regalo de Dios, un don, una gracia. Su presencia le llenaba de esperanza. Fue la madre santa de un digno sacerdote. Fue la madre en la que cada día se vuelcan las ilusiones y, como no, las tristezas y fatigas de cada día.
En el aspecto espiritual he tenido la gran suerte de poderme dejar moldear en la estupenda fragua de su clara doctrina. Como el hijo prodigo de la parábola, he confesado con él en multitud de ocasiones y siempre he sentido por medio de él la voz de Dios, la voz dulce y llena de esperanza de un Dios que perdona, de un Dios que habla en la cercanía. Durante años hemos compartido la Santa Misa en Santa Bárbara, parroquia de Linares en la que se venera la gloriosa imagen de la Virgen de la Cabeza. Allí Junto a la pequeña imagen de una Virgen morena, él  y yo – en infinidad de ocasiones-  hemos rezado juntos.
 ¡José Antonio!, ahora que estás en Bailén, añoro aquellos años en los que yo me deleitaba escuchando tus homilías. Tus pláticas  me  llenaban de esperanzas y de ilusiones. Escuchándote me sumergía en la atmósfera incomparable de un Dios que ama
Ahora aunque  sigue allí la luz potente de la Virgen de la  Cabeza, a la parroquia de Santa Bárbara le falta el calor de la palabra, de esa palabra: vibrante, ilusionadora, esperanzada. Esa palabra que como fuego quemaba con ascuas de amor el corazón de los que le escuchaban
José Antonio Balboa Gómez, nace en Linares un día de 1937.  Esos años no son años fáciles para España: la guerra, la muerte, el hambre, el odio... todo ello prolifera en un ambiente cargado de amargura. Y en ese ambiente nace José Antonio, su infancia por lo tanto no fue fácil, pero Dios, junto a la adversidad lamentable de una guerra tremenda e inhumana, va escupiendo en él la imagen del sacerdote, Dios ya desde entonces lo eligió: "Tú sígueme" y José Antonio dócil a la voz de Dios, a la voz amable y exigente de su  Padre del cielo contesta con un sí rotundo, con un si con el que se comprometió para toda la vida
El día de San Pedro es ordenado sacerdote  en las ruinas de Santa María de Cazorla  de manos del entonces Nuncio en España, Monseñor Riveri, corría el año 1963.
Años después marcha a la Universidad de Navarra y obtiene la Licenciatura en Sagrada Teología.
Terminados sus estudios en Navarra, toma posesión  de la Parroquia de Torres. En Torres entre sus alumnos de catequesis estuvo Baltasar  Garzón, hoy prestigioso juez. No fue mérito suyo el tener tan distinguido alumno pero si  es esa una anécdota más de su dilatada labor como sacerdote de Jesucristo
Pasados siete años  marcha a Sevilla ejerciendo su ministerio en el Colegio ALTAIR (Obra Corporativa  del Opus Dei)
El entonces Cardenal D. José María Bueno Monreal le nombra Confesor  Ordinario de la Novicias  de las Hermanas de la Cruz.
El  Arzobispo Carlos Amigo Vallejo, hoy Cardenal,  le nombra Capellán de la Hermandad  de la Amargura y de la Sagrada Lanzada.
Trabaja en el Consejo General  de Hermandades  y Cofradías  y colabora en este organismo  dando Charlas y Conferencias en Sevilla y  su  provincia, en Cádiz y sobre todo  en  Huelva.
Su paso por Sevilla hacen de él, de nuestro pregonero, un conocedor de la Semana Santa andaluza. Queda cautivado por la fascinación que en esta nuestra querida tierra andaluza tienen las cofradías y hermandades de Semana Santa. La Semana Santa penetra a fondo en el, ya no puede dejar  esta tradición que tanta raigambre tiene en nuestra tierra. Hace de su entrega a las cofradías un sacerdocio, allí en las cofradías se siente sacerdote 100 por 100. Todo lo cofrade lo  aprende en aquellos años. José Antonio sería otro si no tuviéramos en cuenta los años que pasó en Sevilla, los años en los que dejó la piel junto a los cofrades, junto a los costaleros, junto a todo aquel que viviera y que sintiera de una manera especial la semana Santa. De esa fuente clara de aguas cristalinas bebió nuestro pregonero, de allí sacó  su  indiscutible maestría cofrade. 
Pasados unos años, como ya he mencionado   regresa a Linares, como párroco de la iglesia de  Santa Bárbara donde desarrolla una gran labor pastoral. Retoma el mundo cofrade linarense, en una época en que  parecía eclipsarse todo lo relacionado con la Semana Santa: época de desalientos y de decaimientos cofrades,  y ese retorno lo hace con la misma  pasión con la  que vistiera su primera túnica  de nazareno, cuando apenas si contaba con trece años
En aquel tiempo, en Linares,  predica quinarios, da conferencias, participa en programas radiofónicos cofrades. etc...
Como consiliario de cofradías  toma el pulso a la situación,  impulsando lo que parecía desvanecerse.
Los pregones son otra manifestación importante de su labor cofradíera, a través de ellos José Antonio lleva a la gente el espíritu fuerte e impactante del Señor Jesús y la misión aleccionadora de su Santísima Madre. Asimismo con ellos el pregonero nos asoma al bello balcón de nuestras espléndidas tradiciones, nos sumerge en el fondo histórico de nuestras profundas raíces.
Con ustedes, queridos paisanos, el Pregonero

Con ustedes don José Antonio Balboa Gómez