11.-- Jubilación: Antonio Balboa Gómez



11.-- Jubilación: Antonio Balboa Gómez

8 de Noviembre del 2002

Querido Antonio Balboa:
Con cariño, con un afecto muy especial, con el corazón lleno: de ilusiones, de alegrías, de esperanzas, me dirijo a ti en este  8 de Noviembre del 2002; pero me dirijo, no sólo en nombre propio sino compartiendo estos sentimientos míos con estos compañeros nuestros. Compañeros que ahora en estos momentos nos sentimos tan cercanos.
Todos nuestros corazones vibran al unísono, unidos a tu corazón, que hoy siente de una manera especial la compañía del amigo.
Todo aquí es armonía de alguna manera nos hemos desligado de lo material, incluso de lo humano, para experimentar juntos   las bellezas de un mundo: divinamente maravilloso o maravillosamente divino, que nos hace estar dichosos de una manera sobrehumana: ¡Y lo estamos! Porque celebramos la fiesta del compañero, del amigo

Todo aquí es paz: Una paz, tan tremendamente eficaz, que se  habla de tú a tú con el amor: Una paz valiente, certera, eficaz; no la paz bullanguera de este mundo nuestro que por desgracia, en tantas ocasiones, sólo sabe hablar de paz matando. Nosotros vivimos, aquí -hoy y ahora-  la paz de la comprensión, la paz de la unidad, la paz que trae el mensaje aleccionador del Sr. Jesús

Todo aquí es espíritu, hasta la carne que tan gustosamente estamos comiendo o  el vino que  con alegría paladeamos. Todo es espíritu, porque el espíritu de Dios, a través del misterio de Jesucristo en la Santa Misa se hizo presente, llegando a tus manos, Antonio, en la parroquia salesiana de San Agustín.

Todo aquí es el preludio de un futuro  lleno de gratas emociones.
El sol mañana, sin duda, iluminara con más fuerza; la luz será más luz y las tinieblas tenebrosas de una oscura noche se desvanecerán con inapelable rapidez.
Antonio, desde ahora, la noche ha pasado, y la tristeza triste ha dado paso plenamente a la alegría alegre
Y ahora hablemos de tu presente: Tu has cambiado Linares por Bailén, has cambiado a los temibles niños de la  ESO por los “angelitos” de la catequesis de primera comunión, has cambiado la compañía amable de tus colegas del IES  "Reyes de España" por la buena feligresía de tú parroquia actual, has cambiado el bullicio callejero de las cofradías por la paz de un templo que con tanto honor  preside  San José Obrero y no el Resucitado, ni el Descendimiento, ni la imagen chiquita de la Virgen de la Cabeza

Antonio, tú, en realidad, no te has jubilado, por qué has dejado pero también has cogido. Has dejado muchas, muchas cosas buenas y también muchas, muchas desilusiones, y has cogido y esto es lo importante mucha ilusión, mucha alegría, mucha paz
Querido Antonio felicidades. Tus compañeros del IES te deseamos que seas feliz y dichoso plenamente en tu nueva andadura.

Y para finalizar quiero recordarte Antonio que tu grata compañía será siempre un motivo para seguir caminando. Hemos de seguir caminando juntos y encontrarnos muy felices, tu y nosotros, al final del camino de la vida. Todo lo que nos espera esperamos que sea, y lo será,  altamente gratificante. Tú reza por nosotros. Nosotros mientras con nuestro esfuerzo te empujaremos hasta la dicha. Tu dicha será nuestra dicha. Tu esperanza será nuestra esperanza. Tu gloria será nuestra gloria. Tú y nosotros: Todos juntos