390 Este nos estorba

390    Este nos estorba

Una mujer está embarazada. Una tesitura difícil. Ella no se lo esperaba. Al parecer había sido como consecuencia de una fiesta con la que la pareja y un grupo de amigos celebraban el fin de año. La mujer insiste en que no está preparada. El posible padre indica que él no quiere complicaciones. El bebé no puede hablar, ni decidir.
La mujer aturdida acude a la psicóloga del centro médico de la mujer, hablan mutuamente, la mujer pone énfasis en su papel de víctima, la psicóloga le da algunas indicaciones y le recomiendan que acuda al ginecólogo.
En esas indicaciones la psicóloga da un diagnóstico a la paciente con la que el médico puede prescribir el aborto. Y en su momento dicho aborto se realiza. Y el día indicado durante la práctica, entre otras cosas, el médico susurra: “Aquí hay que cortar por lo sano”.
Ciertamente la expresión es certera. En el feto todo está sano, lo que no está sano es el corazón de unos y de otros. No están sanas las entrañas sin piedad de quien así actúa.
Todo está sano menos el alma dura y encerrada en sí de esa mala madre que permite entrar en su vientre la mano y el arma homicida. Ni está sano: el padre egoísta, ni el médico  sin escrúpulos, ni la enfermera infame, ni los que permiten estos hechos, ni los indiferentes, ni los que decimos -de una u otra forma- que por qué no se va a poder realizar este acto.
Todos somos cómplices, de alguna manera, de los millones de abortos que se realizan en el mundo.
Ante el aborto, ante el hambre que se puede evitar, ante las calamidades permitidas, ante la corrupción generalizada no vale la indiferencia o se actúa o se es cómplice. ¡En todo caso tú decides!

Publicado en Diario de Córdoba. Digital   7 enero 2016 

Publicado en La Nueva EspañaPrensa Asturiana. Digital.   9  de enero de 2016

Publicada en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital  18 enero de 2016