110  Juan  Pablo II, sin miedo.

La edad no es impedimento, la enfermedad tampoco, el cansancio menos aún... Nada es obstáculo para la valentía de este hombre: ¡Lo que hay que hacer se hace!
En el camino se puede dejar a jirones  la vida, pero hay que vivir: entregado, estrujado, exprimido.... El descanso, según él, es para la Eternidad, ahora toca vibrar, ser testigo, dar ejemplo, trabajar sin cansancio.
Juan Pablo II "El Grande"
Y eso hace, cada día,  Juan Pablo II, entregarnos el testimonio inigualable de su fe; la luz de una esperanza brillante, sin fisuras, sin oscuridades; el ejemplo de una verdad divina, que él defiende hasta sus últimas consecuencias; y ante todo Juan Pablo II es fiel testigo del amor de Jesús. Jesús -al Papa- le cautiva, le  "embruja", le fascina. Él vive tan metido en Jesús, que no le podemos encontrar fuera de Él; y reza con tal profundidad que parece, cuando lo hace, y lo hace habitualmente, que se desliga del mundo y se inserta en Dios, quedando: absorbido, sumido, inmerso.
Juan Pablo, en el día del Papa ¡felicidades!  El mundo se ha llenado de tu riqueza interior, de tu ejemplo: singularmente ejemplar, de tu ejemplo  lleno de dinamismo valiente.
Juan Pablo II, tú vives: Gracias por transmitirnos la Vida.


Publicado en Diario JAÉN    26 -  6 - 1999