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Brillante
intervención de Alfonso M. Márquez García, en la UJA
El día 2 de mayo de 2014 asistí a la graduación de mi hijo en la
Universidad de Jaén. La carrera era licenciatura de: “Ciencias del trabajo”. En
el acto intervinieron diversas personalidades: académica y del mundo del
trabajo, intervinieron también de forma brillante los alumnos.
Y entre los académicos intervinieron Alfonso Miguel Márquez
García, Profesor de: Dirección Estratégica en esa licenciatura; una asignatura
que forma parte del Área de Organización de Empresas. Su intervención, desde
que comenzó, estaba abriendo -para mí- una nueva y brillante luz y esto en la
sociedad actual en la que imperan los valores negativos, en la que todo se mide
en clave de corrupción, en la que no se ve salida: a la crisis, ni al paro, ni
a la inmoralidad, en una gran parcela de facetas importantes de tantos y tantos
La intervención del Sr. Alfonso Miguel Márquez García me hizo
descubrir nuevos y esperanzadores horizontes. Su intervención fue larga y
pausada: pero profunda, profunda e inteligible, inteligible y amenizada con
destreza y con ejemplos vitales; ejemplos que ya en sí mismos son indicadores
de un camino hacia modelos: de integridad personal, de valores vivenciales, de
liderazgos que han servido y sirven para que el mundo prospere hacia: la
honestidad, la dignidad, la transparencia, la lealtad a principios básicos e
inalienables.
En el discurso de Alfonso Miguel Márquez García he visto abrirse
en mí un nuevo horizonte de esperanza, he descubierto que a través de la
Universidad Española puede llegar a España y al mundo entero el aire puro de
una nueva humanidad; humanidad que estaría anclada en pilares firmes. Pilares
firmes que sostengan el edificio de la “libertad”, el edificio de la “paz”, el
edificio de la “justicia” el edificio de la auténtica “democracia” y el
edificio de la tan necesaria: “Unión de todos los seres humanos para conseguir
una realidad social solidaria y digna”.
Los testimonio que ha dado a conocer en su intervención, de:
Gandhi, Teresa de Calcuta, Einstein y algunos otros me han servido para
afianzar mi confianza en que no está todo perdido y que en el rescoldo de las
cenizas de nuestra civilización existen académicos como Usted que mantienen
encendida la antorcha de la autenticidad; y que futuras generaciones gracias a
esa antorcha seguirán manteniendo la grandeza incuestionable de valores
inmutables que: Han servido, sirven y servirán para mantener siempre: la paz,
la justicia, la libertad y la dignidad de la persona.
El ejemplo del: “Rompecabezas del mundo”, es un ejemplo con una
gran carga didáctica y de razonamiento constructivo y me ha hecho ver que
muchas personas piensan como yo, y que tras la existencia de un mundo roto,
desajustado, desunido y corrompido, en donde nada encajan; tras ello está el
ser humano; ser humano: que puede unir, que puede recomponer, que puede
reconstruir, que puede dar vida y vitalidad a “Un mundo: desajustado,
deshumanizado y cruel; un mundo muy predispuesto a la muerte y a la destrucción
y poco dispuesto a dar vida, a dar entendimiento, a dar paz y a dar concordia y
amor.
El ejemplo del alacrán es otra muestra de su disposición Sr.
Márquez a aclarar cuál ha de ser el rumbo cuando se presenta la eterna lucha
entre el bien y el mal; claramente nos ha indicado que no podemos ceder ante la
amenaza de un mundo corrompido, ni que ellos nos lleven a su terreno, sino que
el bien, todo bien ha de prevalecer.
En lo relacionado con su intervención sobra la familia no tengo
más que aplaudir: La elegancia, la sencillez, la sensibilidad y el cariño que
ha puesto en sus palabras; estoy seguro, sin conocerlo, que usted: sabe amar,
sabe querer, sabe respetar y sabe convivir.
Sólo me queda agradecerle su intervención y pedir a Dios que le
siga dando fuerza y talento para seguir por este camino y para que miles, y si
fuese posible millones de personas escuchen su discurso y se pongan mano a la
obra para reconstruir este mundo tantas veces viciado por la fuerzas de un mal:
real, constante, perverso y destructor.
Si otra vez tiene la oportunidad de hacer una exposición
dialéctica tan magistral como ésta: invíteme, pues necesito forjar mi
pensamiento en las vivencias transparentes, limpias y cristalinas de un ser
humano como Usted.
A Usted y a la Universidad de Jaén: gracias. Sincera y
reiteradamente: “ha sido un auténtico placer”, he tenido la suerte de escuchar
la elocuencia de un “sabio” que con dignidad, con habilidad y con entusiasmo ha
impartido esta ponencia sobre: dignidad, trabajo, laboriosidad y ejemplaridad.
Gracias.
Publicada
en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 5 de mayo de 2014
Publicada
en Diario JAÉN 11 de mayo de 2014