274 Nuestros
terribles enemigos
Tristeza, desaliento, fatiga, cansancio, desesperanza,
amargura, apocamiento, desánimo, estrés, depresión, inquietud, preocupación,
ansiedad … Muchas veces estos son los condimentos de nuesto existir diario,
ellos nos acompañan e incluso esclavizan nuestras vidas; queremos salir pero no
podemos, queremos ver la luz del sol en su belleza esplendorosa pero no salimos
del túnel de la opresión que nos proporcionan estos temibles elementos. Es
terrible querer huir de estos majestuosos enemigos y no poder. Muchas personas
y en muchas circunstancias viven inmersos en este panorama desolador. ¡Pero y
cómo salir! he aquí unas pautas fruto de mi personal experiencia, de lo que
vivo y de lo que veo y compruebo día a día:
Primero: valentía, lucha, enfrentarse al problema por
desolador que sea. Segundo: compañía, diálogo, hablar y contar. Tercero: Médicos
y medicina, la química –a veces- es un componente imprescindible en nuestro
débil organismo. Cuarto: ejercicio físico, andar, nadar, deportes en equipo.
Quinto: fomento de las aficiones. Septo: desconectar la cabeza de los problemas.
Séptimo: procurar descansar bien y el tiempo suficiente. Octavo: estar en
ambientes relajados. Noveno: distraerse, aunque cueste. Décimo: ser solidarios.
Onceavo: ser amables, cordiales y agradecidos. Doceavo: amar. Sí amas, el sol
brilla y en la noche brillaran las estrellas; sí amas aparecerá en tu vida un manantial de felicidad. Treceavo: la
familia, en ella puedes encontrar la magia de una paz estable. Catorceavo:
Dios. Sí crees, todo te será más fácil y el precipicio acabará allanándose, nuestro
Dios te ayudará.