56 Anomalías en el tráfico de las ciudades.

56  Anomalías en el tráfico de las ciudades.

En muchas ocasiones los pasos de peatones no están lo debidamente señalados, y esto es por diversos motivos: en primer lugar porque no están pintados suficientemente o no están señalizados o la señal no se ve o por la noche le falta la luz adecuada y más aún si es un día de lluvia. Hay que tener en cuenta que el peatón no siempre es visible adecuadamente y por lo tanto toda estas circunstancias que he mencionado anteriormente son muy importantes; en otros casos al peatón no se le exige ninguna norma para el cruce adecuado del paso de peatones, a veces aparece detrás de un camión que está aparcado por ejemplo y no se le ve, en otras ocasiones aparece corriendo y al conductor no le da tiempo a frenar; creo que no está escrito en ningún sitio como debe de actuar el peatón, y pienso que es importante que se vayan recogiendo en las normas de tráfico la conducta de los peatones. Ha habido accidentes graves, incluso con muertes, por ejemplo porque a un peatón se le ha caído algo en el paso de peatones y ha vuelto a recogerlo y el conductor no ha tenido tiempo para rectificar. También indiscutiblemente hay accidentes debidos a la alta velocidad de los vehículos en avenidas amplias, y de la poca atención de los conductores que van en multitud de ocasiones excesivamente confiados.
Los ciclistas también cometen muchas anomalías en su comportamiento; yo he visto circular, en ciudad, por la noche muchos ciclistas sin iluminación; después siempre se le echa la culpa al conductor del automóvil. También es frecuente el uso de las bicicletas en las aceras de las calles, y nadie dice nada, siendo esto un grave peligro principalmente para niños y personas mayores. También es cierto que los conductores de vehículos no toman las debidas precauciones cuando se acercan a vehículos más vulnerables como motos y bicicletas. Otro tema que se debería de atajar referente al tráfico: son los coches y las motos que causan un ruido excesivo, bien a causa del motor revolucionado, fundamentalmente en el caso de las motos, y a la música a alto volumen en el caso de los coches, y esto es especialmente molesto en verano.
Los ayuntamientos que recaudan muchos miles de euros de los automovilistas debían de gastar más dinero para no permitir todas estas circunstancias anómalas y además para tener adecuadamente las calles y las carreteras por las que pasan vehículos. No siempre las pinturas referentes al tráfico son las adecuadas, en muchas ocasiones pasan los meses y los meses y por ejemplo los pasos de peatones, antes mencionados, no se pintan y ello puede tener consecuencias graves para peatones y conductores. Igualmente las señales de tráfico en ocasiones faltan  o nos son las adecuadas y no se pone la suficiente atención; y esto no se entiende teniendo en cuenta  la cantidad de dinero, como hemos dicho antes, que los ayuntamientos reciben por el impuesto a los automóviles y por las multas. En otras ocasiones las señales están tapadas por árboles o por otros vehículos y no se ven adecuadamente. Por otro lado en las ciudades las grúas municipales parece que sólo buscan los ingresos económicos y no la mejora del tráfico; y además en muchas ocasiones el personal que atiende estas grúas no tiene preparación adecuada, teniendo en muchas ocasiones actitudes totalmente dictatoriales; y puedo hablar por vivencias propias en mi ciudad de Linares. Para el sueldo que gana un municipal y para ser una autoridad: debía de estar, en algunos casos, mejor preparado y debía también atender al ciudadano con más amabilidad y más respeto y menos autoritarismo. La “avaricia” de los ayuntamientos hace que en el 90 por ciento de los casos se busque sólo el dinero de la multa, y cuando no hay dinero no hay desgraciadamente atención. Aunque esa es la pauta de comportamiento actualmente más generalizada en muchos estamentos públicos y esto sucede en un mundo materializado y por desgracia egoísta. Estos son los senderos actuales: el interés y sólo el interés. En este mundo deshumanizado en el que vivimos es muy triste lo que sucede y se ve poca disposición para el cambio; pues faltan: ideales, valores, creencias que nos sirvan de apoyo para vivir honestamente. Los ejemplos de los que guían nuestras vidas en muchos casos son funestos y en otros casos no existen. Esperemos que el cambio: político y social que estamos reclamando todos, y que deseamos que llegue cuanto antes, influya también en esto: en el tráfico de las ciudades, en el comportamiento de los peatones, en el comportamiento de los conductores y en el comportamiento de los agentes de tráfico; para que de esta manera las ciudades sean lugares donde se pueda transitar: a pie o en vehículo, pero siempre de una manera agradable; procurando hacernos, unos a otros, la vida más asequible y llevadera; y todo en un ambiente de concordia y respeto, en un ambiente: en sintonía con nuestra dignidad de seres humanos, en sintonía con una creación que Dios -Creador nuestro- ha querido para nosotros. Para el resumen de todo esto hay una palabra: civismo. Ser persona civilizadas; hacer una piña para colaborar en pro del bien común. 


Publicada en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital  3 de marzo de 2014


Publicada en diariosur.es   3 de marzo de 2014