523 La
Verdad no adulterada gotea de la Sangre de Cristo.
El doctor
Torelló estudio medicina en Barcelona y era doctor en Psiquiatría. Fue ordenado
sacerdote siendo numerario del Opus Dei. Era un sacerdote inquieto. Se acreditaba
en él una fuerza vibrante, directa y viva que surgía de una fe y un amor a Dios
vividos de una forma apasionada. A sus conocimientos científicos sumaba su fe profunda,
un gran corazón y un amplio conocimiento de teología, antropología y psicología
pastoral. Sus palabras llegaban al epicentro del alma de quien lo escuchaba. El
libro “Él nos amó primero” reproduce
algunas de sus predicaciones en la Iglesia de San Pedro de Viena encomendada al
Opus Dei y de la que fue rector.
La predicación
del doctor Torelló era optimista y
alegre, y en ella deshace algunos tabúes sobre la fe y la razón y tiene
como denominador común el amor de Dios. Utiliza sus conocimientos de Psicología
Pastoral, asignatura de la que era profesor, y nos dice:
·
“El activismo es casi una devaluación de lo más humano del
hombre. Y muchas neurosis vienen
de un enorme egocentrismo que causa el activismo”.
En su libro
sigue a su maestro espiritual, san Josemaría, recalcando una y otra vez
que el amor a Dios hay que vivirlo
en las cosas cotidianas de la vida:
·
“Todas las virtudes, desde las más elevadas hasta las más simples, surgen
crecen y se desarrollan en la vida cotidiana”.
·
“Hay que poner amor en todas las cosas: ¡qué triste es ir a misa o celebrar
la misa como un deber!”.
Juan Bautista
Torelló escribe:
·
“La definición de Dios es que es
amor y como el hombre debe
parecerse a Dios, es decir ser también amor, no cabe la violencia de ningún
género, ni física ni psíquica“
·
“A la violencia se la vence con la oración y con la gracia de Dios”.
·
“La gente tiene miedo al amor porque tenemos miedo a las renuncias que
exige el amor y esto es una neurosis de nuestro tiempo: el miedo al amor, pero
solo el que ama se realiza como persona”.
Por eso, Juan
Bautista Torelló desde su fe y también desde su corazón, predicaba el amor, el único que puede dar
alegría y paz interior.
Y ¿dónde mejor
encontrar ese amor de Dios?:
·
En la Eucaristía, centro de la vida cristiana, y en la vida ordinaria.
Torelló nos
dice:
·
Entre la Verdad y la mentira no quiero componendas y pactos:
o
“No puede haber ninguna reconciliación entre Verdad y falsedad pues Cristo
es la Verdad y la Vida”.
·
La Verdad la recibimos pura y no adulterada.
o
“Llega goteando de la Sangre de Cristo. No podemos adulterarla. Hay que
unir la Verdad con el amor, si no distorsionamos el mensaje”
Fuente:
Salvador Aragonés
Publicada en DIARIO DE ÁVILA Digital 29 de agosto de 2016
Publicada en “Cartas al
Director, Tu voz en la red” Digital
6 de septiembre de 2016.