100 Corrupción en el
alma
La corrupción que está sufriendo España, y que nos está
sumergiendo cada vez más en una crisis aún sin salida, no es una corrupción
sólo económica es una corrupción primero de identidad nacional: ¿Qué es España?
¿Quién es español? ¿A quién le interesa España? ¿Quién traiciona a España?
Es también una corrupción de valores: morales, éticos, de
conducta; es una corrupción familiar: los padres contra los hijos, los hijos
contra los padres, los esposos entre sí, las parejas contra la vida…
Es evidentemente una corrupción laboral de: empresarios,
obreros, sindicatos, políticos y financieros.
A fin de cuentas es una corrupción: de expertos corruptos muy
bien anclados en la corrupción, de veteranos que llevan toda una vida aprendiendo
y practicando las diversas técnicas del anclaje corrupto, de aprendices que
buscan cómo aprender para apuntarse a la bicoca de vivir bien sin hacer nada y
también, cómo no, de las nuevas generaciones que ya están husmeando el tufillo
de obtener beneficios rentables a costa de los demás y del sistema.
Esta es una corrupción sin precedentes: de sinvergüenzas
clandestinos, de indeseables usureros y de parlanchines: políticos o no, que
nos roban: a escondidas o en plena luz del día; nos roban bien: desde su escaño
o desde su despacho o desde el lugar que sea, pues son hábiles y dominan: los
entresijos, las trochas y los vericuetos de la corrupción; y lo hacen con:
astucia, ingenio y destreza.
Todos estos son los que, si es necesario, amparados hasta en la
misma Constitución y utilizando también a veces: las urnas, los votos, la
democracia, las autonomías, las leyes, la abogacía, las finanzas y si es
necesario nuestros símbolos más sagrados; utilizando como digo todo esto:
estafan y estafan; insensibles: a la pobreza ajena, al dolor ajeno, a la
miseria ajena
Y se lo permiten porque hoy hay muchos que, por desgracia y
lamentablemente, tienen “corrupta” el alma y tienen “cáncer” en el corazón, y
además tienen paralizado y extinguido el sentido de la justicia y el de la
dignidad.
Son inhumanos sin piedad pertenecientes a las malolientes
cloacas de esta época de decadencia histórica que nos ha tocado vivir.
Publicada en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 22 de mayo de
2014