142 Familia
y engranaje social.
Si
mientes con frecuencia en casa, si hablas mal de la gente, si das voces habitualmente,
si no respetas a los demás, si discutes por todo con tu esposo o con tu esposa
o con tus hijos, si creas mal ambiente, si no sabes dialogar; si en tu hogar suceden
todas estas cosas, o algunas de ellas, es un indicativo de que las cosas van
mal o muy mal y que el desenlace puede ser tremendo.
Es
por ello por lo que es importante cuidar los detalles, propiciar un ambiente
que favorezca la armonía y la concordia. No podemos quedarnos de brazos
cruzados cuando vemos que los enemigos de la paz familiar están tan cerca
intentando dar lugar a un ambiente de ruptura y de fatal desenlace.
Los
padres y las madres tenemos que enseñar a los hijos: a colaborar en las tareas
del hogar, a no ver en la televisión habitualmente los programas más cutres y
chabacanos, a ser ejemplares y para ello tenemos que dar nosotros también buen
ejemplo, a practicar las virtudes, a aprovechar el tiempo, a ser estudiosos.
Tenemos
que enseñarles a los niños y a los jóvenes a que no se quejen por todo; a que
coman lo que se les ponga, siendo siempre en esto agradecidos, pues hay muchas
personas en el mundo que no pueden comer. Tenemos también que darle normas de
conducta para que sepan actuar en la vida para que sepan ser y estar en las
diversas circunstancias.
Todos
los niños y jóvenes necesitan aprendizaje y gran parte de las cosas se aprenden
en el hogar, de boca de los padres, de las madres y de los hermanos, si allí no
se aprende, muchas cosas se quedarán sin aprender.
Los
padres y madres tenemos que ocuparnos de las preocupaciones de los hijos, de
sus inquietudes, de sus ilusiones y desilusiones; tenemos que dedicar tiempo a
jugar con nuestros hijos, a hablar con ellos y a formarlos.
Con
el tiempo nos daremos cuenta de que nuestros hijos son el mejor de nuestros
tesoros. El fracaso de nuestros hijos será nuestro fracaso; sus derrotas serán
nuestras derrotas; sus alegrías también serán nuestras alegrías; su dolor será
nuestro dolor y seguro que nos dolerá aún más que a ellos.
Los
padres y madres tenemos que conducir a nuestros hijos por el camino del bien,
por el camino de la bondad; por el camino: de la delicadeza, del cariño, del
amor…
Tenemos
que enseñarles: a ser compresivos, a ser tolerantes, a ser generosos, a ser
solidarios, a ser respetuosos, a pensar en los problemas de los demás.
Muy
importante es que sepan el valor negativo de la violencia, del aborto, del
terrorismo, de las guerras; y además el daño terrible que todo esto ocasiona:
muertes enfermedades, destrucción, miseria, caos.
Tenemos
que enseñarles a enjuiciar las cosas, a valorarlas razonablemente. A valorar lo
que sus padres le dan, la sociedad le da y Dios le da.
Enseñarles:
la trascendencia de la vida, la existencia de Dios, la fe, el valor de los
dones que de Dios hemos recibido, el sentido de la muerte; todo por supuesto
según nuestras creencias.
Deben
de saber la importancia de la dignidad del ser humano, la importancia: de la
libertad, de la democracia, de la política. Y que conozcan los grandes vicios
de la humanidad: deslealtad, deshonestidad, corrupción, usura, codicia,
envidia, soberbia, arrogancia, poder...
También
es importante que conozcamos: el centro educativo al que van nuestros hijos,
los profesores que imparten las enseñanzas, el ideario, los compañeros y en
general el ambiente del centro; pues por desconocimiento pueden suceder cosas o
sucesos ingratos que se han podido evitar.
Como
profesor de secundaria durante 37 años he apreciado el gran daño que producen
en los hijos la marginación social, las rupturas y el mal ambiente familiar y
las familias desestructuradas; también causa un gran daño la dejadez de los
padres respecto de los hijos, el abandono, el descuido, el no dedicarse a
ellos.
Los hijos son lo más importante, más que los
negocias, más que las diversiones. Hay un dicho que nos puede servir de
reflexión: “Si quieres destruir una sociedad destruye a sus familias”. Hoy los
valores familiares no están en auge y así nos va todo, patas arriba: la
sociedad, los valores, la moral, las costumbres, la convivencia, el sistema
educativo, la economía. Sin la familia todo el engranaje social se resquebraja
y todo sucumbe.
Publicada en “Cartas al Director,
Tu voz en la red” Digital 28 de septiembre de
2014
Publicada
en DIARIO DE AVILA Digital 28 de septiembre de
2014
Publicado en Forumlibertas.com 1 de octubre de 2014