124   Televisión, deformación.


En este tiempo  la persona, el ser humano está expuesto a la acción continua de muchos cauces de comunicación. Muchos cauces a través de los cuales llegan ideas, mensajes, actitudes, comportamientos, estilos de vida, etcétera. Pero muchos de ellos llegan distorsionados, otros no son fiables y otros son auténtica basura, que produce en el hombre y en la mujer, en el joven y en la joven, en el niño y en la niña una deformación en su personalidad, en su desarrollo psíquico; una deformación que puede tener consecuencias irreparables.
¡Cuantas faltas de educación, de respeto y de disciplina de los jóvenes de hoy son causados por una televisión que tan frecuentemente ofrece como normales: diálogos y comportamientos indignos, que están más cerca de actitudes irracionales! 
Telebasura española
Cuantas separaciones matrimoniales son hoy originadas por el  bombardeo  continuo de  la televisión, en: películas, series, debates, entrevistas, etc., en las cuales se hace un alarde permanente de formas de vida que se alejan de la estabilidad familiar, de la felicidad de los hijos, de la fidelidad de la pareja.
En otras muchas ocasiones, la televisión nos sorprende con ideas sobre el amor; y  en lugar de un amor verdadero nos ofrece: sexo, pasión, deseo, libertinaje... Porque el sexo: sin freno, sin fundamento, sin una estructura estable y sin un sendero adecuado; convierte al ser humano en un posible degenerado: libertino y egoísta. Cuántos jóvenes hoy están, irreparablemente, tocados por este mal, y ya desde esta temprana edad en la que viven: son infelices, desgraciados; y lo son porque han usado indebidamente de un bien tan  extraordinario como es el sexo; pero que al usarlo fuera de contexto, ha creado en ellos pequeños monstruos, permanentemente insatisfechos.
El sexo alejado del amor desvirtúa: ¡cuantos abortos son ocasionados por la práctica de un placer que acaba destruyendo y matando!
El aborto, la cantidad de abortos que por desgracia se practican en todo el mundo, demuestran la insensibilidad de una humanidad que es capaz de  destruirse antes que abandonar los caminos infecundos de un placer estéril.
En cuantos casos también la televisión es vehículo a través del cual  llegan a los hogares comportamientos violentos, acciones agresivas, crueldades salvajes, que provocan, fundamentalmente, en los jóvenes y en los niños comportamientos lamentables y denigrantes, de los
cuales ellos no son culpables: solo son víctimas.
Por lo tanto, aprendamos a usar  la televisión y no nos dejemos avasallar, porque la televisión es en nuestros hogares una bomba explosiva, que podemos activar tocando simplemente un botón. Un peligroso botón que está lamentablemente al alcance de jóvenes y  niños, que, en muchos casos, acaban por desgracia siendo esclavos de una deformación permanente.



Publicado en Diario CÓRDOBA    31 - 10 - 1999
Publicado en Diario JAÉN         10 - 11 - 1999