5.— Jubilación: Loly Jurado Latorre



5.— Jubilación: Loly Jurado Latorre

8 nov 2008

Es para mí de nuevo un motivo de satisfacción el poder compartir esta celebración con vosotros.
No cabe duda que los años pasan y que dejan huella en nuestro camino. No cabe duda de que la edad de la mayoría de los que estamos aquí hace que con facilidad afloren sentimientos de fraternidad entre todos. En la mayoría de los casos no nos cuesta trabajo querer a los demás. Estamos acostumbrados a hacer un pequeño esfuerzo y manifestar nuestro cariño. Queremos estar cerca de nuestros compañeros. Queremos compartir afanes, ilusiones, proyectos... Queremos compartir nuestra vida.
Sabemos que nuestra felicidad depende en gran manera de la capacidad que tengamos de acercar nuestra mano al compañero, al amigo.
No quiero hacer apología de la amistad, aunque en estos tiempos  es bueno que nos demos cuenta de la importancia que tiene este hecho en nuestra vida. La amistad no es algo superficial, es algo profundo que hunde sus raíces en el fondo del corazón del ser humano. Es por eso por lo que yo estoy aquí y ahora, no como compañero que siendo mucho es poco, estoy como amigo, como persona cercana que durante muchos años ha compartido las vivencias de Loly.
Y ahora atravesando el umbral de lo presente para sumergirnos en el pasado y buscar en el las raíces del hecho de nos trae aquí, hoy y ahora, os cuento que Loly allá por el 1 de octubre de 1971 empezó, su andadura profesional, en el edificio de la hoy escuela universitaria politécnica superior y lo hizo en ese edificio que en aquel tiempo era además la Escuela de  Maestría industrial y en su currículum  hay un hecho significativo: iba  a ser la primera mujer que allí impartiera la docencia. Hoy, que tanta trascendencia tiene el hecho de que la mujer se incorpore con los mismos derechos al trabajo profesional, esto tiene una gran relevancia. En cierta manera Loly fue pionera en su puesto de trabajo, rompió una barrera que durante muchos años existía en las escuelas profesionales y se lanzó a su labor docente  siendo consciente, ¡o quizás no!, de la importancia de este hecho y de la importancia que tenía en aquellos momentos su labor profesional.
Por otro lado, tenemos que destacar el hecho de que en aquellos tiempos aún vivía Franco y por lo tanto no existía la democracia, fueron tiempos difíciles en los cuales día a día se fue fraguando el resurgir de una nueva era. Fueron tiempos en los cuales los cambios se realizaban de día en día, pues convenía ir deprisa para recuperar posibles tiempos perdidos. Fueron tiempos en los que la enseñanza para los profesores no estaba bien reconocida y el papel del profesor era un papel secundario y no digamos el sueldo
Y pasaron los años y  entre los avatares históricos de gran trascendencia para España vinieron, para ella, las oposiciones en primer lugar y después el cambio de ubicación del entonces instituto politécnico al lugar que ocupa ahora y que posteriormente pasó a llamarse IES Reyes de España. Esto que se relata tan brevemente fueron, para ella, años de esfuerzo y trabajo: su casa, sus hijos pequeños, su labor profesional y además su capacidad de fomentar la amistad entre sus compañeros. Yo destacaría de Loly la buena disposición que siempre ha tenido para nunca crear problemas, su disposición repito para estar cerca de sus compañeros, para congeniar con sus alumnos en unos tiempos difíciles en los que nos ha tocado esta labor docente. Ella ha sabido llevar a cabo una labor difícil con alumnos difíciles. Alumnos difíciles de primero y segundo de la ESO fundamentalmente.
Y no quiero terminar sin hablar de dos temas que forman parte, yo diría que importante, de la vida de Loly. Podríamos decir que son temas que hacen resurgir en ella la ilusión. Con esto ella se siente feliz: Cádiz es uno de ellos y el otro la religiosidad popular de Andalucía y preferentemente la semana Santa. De esto  hemos hablado en infinidad de ocasiones: Luis Fernando, Loly y yo. Hemos compartido tertulias dialogando sobre estos temas, exponiendo nuestros puntos de vista. Hablábamos de ello de la forma en la que se habla de algo que uno siente en lo más profundo de su ser. Por ambos temas estábamos los tres cautivados y expresábamos nuestro optimismo al mencionar cualquier tema referente a estas dos cuestiones.
La felicidad de las personas, en muchas ocasiones, se compone de hechos triviales, intrascendentes, pero hechos que nos hacen vivir con esperanza. Hechos que son tan importantes como el latir del corazón. Las grandes ilusiones no son frecuentes, las pequeñas si y esas pequeñas ilusiones, las de cada día, son las que nosotros hemos compartido con Loly y con este recuerdo nos quedamos. Con el recuerdo de una persona que ha sabido tratarnos con cariño, de una persona que nos ha ofrecido durante muchos años el calor de su amistad y el preciado don de su aprecio hacia cada uno de nosotros. Para ti Loly con mucho cariño un beso.