297 El padre y su prioridad familiar.
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La
ausencia del padre es la principal causa del retroceso en el bienestar de los
niños.
También
es un factor crucial para comprender la crisis actual de la familia.
Así
nos lo explica el francés: Tony Anatrella.
·
Experto
en psiquiatría social y consultor del Consejo Pontificio para la Familia.
Lo
hace en su libro:
·
“La
diferencia prohibida”.
En
él, Anatrella advierte que la devaluación de la función paterna tiene
consecuencias sobre la estructuración psíquica de los individuos y sobre la
sociedad:
·
Debilitamiento
de la imagen masculina.
·
Trastornos
de la filiación.
·
Aumento
de las conductas adictivas
·
Pérdida
del sentido de los límites:
o
Toxicomanías,
bulimia, anorexia, prácticas sexuales reacciónales, dificultades para
socializarse, etc.
La
sociedad actual valora mucho la figura de la madre:
·
“Es
verdad que ésta es una fuente de seguridad para el niño, pero la relación de la
madre y el hijo necesita completarse con la función paterna”
·
“El
padre es el que dice que no, el que introduce la negatividad y el que declara
la prohibición, es decir el límite de lo posible”.
La
figura del padre es necesaria para el desarrollo psicológico equilibrado de los
hijos.
Gracias
a la figura del padre, el bebé aprende a diferenciarse de la madre y a adquirir
autonomía psíquica.
Gracias
a la relación con el padre, el niño y la niña adquieren también su identidad
sexual:
·
“La
diferencia de sexos encarnada por el padre juega por otra parte un papel de
revelación y de confirmación de la identidad sexuada. Tanto la chica como el
chico tienen en efecto tendencia, al comienzo, a identificarse con el sexo de
la madre, y es el padre, en la medida en que es reconocido por ella, el que va
a permitir al hijo situarse sexualmente”.
¿Por
qué se ha impuesto en nuestra sociedad esta idea de la ausencia del padre?
Hoy
se divulga la figura del padre indigno o incompetente, sostenida por la
legislación y estereotipada por los medios de comunicación:
·
“Así,
en la mayor parte de los guiones de las series televisivas, es presentado como
incapaz de situarse en la relación educativa, de ocuparse de adolescentes,
menos todavía de proclamar las exigencias necesarias a la vida en sociedad,
incluso de reprender cuando es necesario”.
Muchas
mujeres reprochan a los hombres no cumplir con el papel de padre:
·
Pero
en realidad, más o menos conscientemente, ellas se las han arreglado para no
dejarles el lugar que les corresponde:
o
“La
madre aleja así al padre, con el riesgo de culparlo en un proceso perverso que
le permite confirmar su poder y su sentimiento de omnipotencia sobre sus hijos,
sobre el hombre y sobre el padre”.
La
que está valorada sobre todo es la relación madre/hijo y el padre cree que
tiene que ser una segunda madre para hacerse aceptar.
Algunos
hombres, condicionados por este conformismo:
·
“Han
llegado a identificarse con el modelo de papás gallinas, es decir, no un padre,
sino más bien un hermano mayor o un tío”.
La
ausencia del padre se explica también por la confusión entre procreación y
maternidad.
Para
Anatrella, esta confusión:
·
“Nos
habla del fantasma femenino de la partenogénesis, es decir, de la fecundación
sin macho”.
·
“La
sociedad ha confirmado demasiado fácilmente este fantasma acreditando la idea
de que, al no concernir la procreación y la maternidad más que a la mujer, ésta
puede educar a un hijo sin padre”.
El
desarrollo de los anticonceptivos y la trivialización del aborto han
contribuido:
·
“A
sostener la ilusión de que la mujer domina ella sola la procreación”.
De
aquí ha surgido un eslogan:
·
“Mi
cuerpo me pertenece”.
Afirmar
esto es sobrentender:
·
“La
procreación me pertenece”.
Algo
que es muy discutible.
·
“Si
la maternidad concierne a la mujer, la procreación es compartida por el hombre
y la mujer, no es sólo competencia de la mujer”.
Los
países occidentales han contribuido a reforzar esta concepción del padre
excluido de la procreación.
Así
ocurre cada vez que se legisla:
·
“Pensando
únicamente en la madre en solitario”.
El
ejemplo cercano lo describe Anatrella y es el de las leyes francesas que en
caso de divorcio:
·
“Hacen
depender los derechos del padre de las buenas o malas relaciones que tenga con
la madre”.
·
“Lo
mismo ocurre con las decisiones judiciales, al confiar sistemáticamente la
custodia del hijo a la madre”.
Lo
más grave del asunto es que la exclusión del padre penaliza también a los
hijos:
·
“¿No
se ha creado, al privilegiar los derechos de la madre, una doble categoría de
excluidos, por una parte los padres biológicos rechazados, por otra los hijos,
propuestos a un padre de sustitución tras otro, o incluso confiados a terceros
especializados, ‘hijos-objeto’, ‘hijos-capricho’, ‘hijos-prótesis’, que se
ofrecen como valedores?”
La
ausencia del padre tiene efectos muy negativos en el desarrollo de los hijos.
Según
encuestas citadas por Anatrella:
·
“En
Estados Unidos un niño tiene seis veces más riesgo de crecer en la pobreza y
dos veces más de abandonar la escuela, si ha sido educado por una madre sola
que si pertenece a una familia constituida por dos padres, capaces de ofrecerle
puntos de referencia”.
La
consecuencia última de la ausencia del padre se manifiesta en el aumento de la
violencia:
·
“Al
no llegar a aceptar lo real, por falta del sentido de los límites que debería
inculcar el padre, los hijos se rebelan y se multiplican los actos de violencia”.
·
“Pero
la agresividad también se vuelve contra uno mismo y se convierte en
autodestrucción”.
¿Cómo
hemos llegado hasta aquí?
Para
Anatrella:
El
problema de la ausencia del padre está íntimamente ligado a otro problema más
general:
·
“El
de la desmembración de la familia constituida por un padre y una madre con
hijos”.
·
“La
familia se rompe, en efecto, sobre todo bajo la presión de la pareja actual en
la que los individuos, en cuanto tales, no buscan más que su beneficio a través
del otro. Se rompe también porque, muy a menudo, omite su papel educativo”.
La
crisis de la familia.
Se
manifiesta:
·
En
el descenso de matrimonios.
·
En
la extensión de las uniones de hecho.
·
En
la baja fecundidad.
·
En
la multiplicación de divorcios.
Pero
tiene una causa más profunda:
·
“El
problema está en las representaciones sociales de la familia, en la concepción
que tenemos de ella”.
Anatrella
propone para revalorizar la figura del padre:
·
“Recuperar
el sentido de la familia”.
Se
trata de redescubrir qué significa:
·
La
experiencia del parentesco.
·
Y
la diferencia de generaciones.
Ha
de afirmarse:
·
Que
padre y madre son necesarios.
·
Que
ninguno es más que el otro.
·
Que
ninguno de ellos es sustituible o canjeable por el otro.
Fuente:
J. Meseguer Velasco. Aceprensa.
Publicada
en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 15 julio de 2015
Publicado en Forumlibertas.com 15
julio
de 2015