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equilibrio una desafiante sabiduría.
Siguiendo algunas de las acertadas indicaciones de “Enrique Rojas” y como fuente y apoyo: “Los Indicadores de la madurez de la personalidad” vamos a introducirnos en los entresijos apasionantes que nos ofrece:
·
“La
persona y su equilibrio psicológico”.
Es este un mundo arduo y complejo, pero
inquietante y que desafía con bravura la misma esencia del ser, la persona y su
profunda realidad nos sumergen en un inmenso mundo lleno de situaciones
diversas y en ocasiones en aparente contradicción.
Es mucho lo que aporta en este campo que vamos a
tratar:
·
La
experiencia y el conocimiento del ser humano
·
Mucho
también el contacto cercano buscando la raíz y el porqué del comportamiento.
También:
·
La
sabiduría, podríamos decir, popular.
·
La
sensatez; la lógica de la vida; el fin de la existencia.
·
Los
para qué y los por qué; y las muy diversas motivaciones que cada persona tiene.
Todo esto son partes importantísimas de este entramado
íntimo y personal.
Entramado que para funcionar adecuadamente ha de tener
un equilibrio y de ese equilibrio vamos a tratar.
Personalidad y persona son dos conceptos muy próximos.
La personalidad es la forma de ser de un sujeto,
la suma de las pautas de conducta y tienen tres raíces:
·
La
herencia, el ambiente y la propia experiencia de la vida.
Eso es el sello particular de cada uno.
Alcanzar el ser cada vez más libre e
independiente y con una buena armonía, es una aspiración importante:
·
Llegar
a ser una persona equilibrada es una tarea de artesanía psicológica.
·
Podríamos
decir que el camino que conduce al castillo de la felicidad, acaba en una
puerta, que se llama equilibrio personal.
La palabra equilibrio significa: armonía, estabilidad,
madurez.
En una palabra significa ir consiguiendo un
cierto estado de plenitud, de buena relación entre los distintos componentes
que integran nuestra forma ser:
·
Todo
equilibrio humano es siempre algo inestable.
·
Hay
grados de equilibrio.
·
Se va
accediendo a él a través de un crecimiento paulatino, secuencial y
sucesivo.
·
No se
trata de algo estático, sino que está en movimiento.
·
Y al
ser un concepto dinámico: no es algo a lo que uno llega y se instala allí
y ya de por vida reside en ese espacio psicológico.
·
Dicho
de otro modo, los avatares de la vida, las mil y una cosas que nos pueden
suceder en tan distintos planos, nos cambian, modifican y alteran.
Resumiré lo que es mi idea de una persona equilibrada
con el fin de que con ello podamos: analizar, escrutar, debatir, conocer
y mejorar.
·
Es importante
para evitar embarcarse uno en empresas en las que sabe que fácilmente va a
fracasar es conocerse uno a sí mismo. Es decir:
o
Saber
cómo uno es y qué características tiene, saber sus aptitudes y sus
limitaciones.
·
Tener
un buen equilibrio entre corazón y cabeza; entre sentimientos y
razones. Podríamos decir que la afectividad y la inteligencia son las dos
notas más características de nuestra persona:
o
El
siglo XVIII fue el siglo de la razón.
o
Por
el contrario, el siglo XIX se exaltaron especialmente los sentimientos y las
pasiones.
o
Y durante
todo el siglo XX, ambas posturas han estado conviviendo, pero sin una consistencia
adecuada.
Esto
se traduciría de la siguiente manera:
o
No ser
ni demasiado sensible, ni demasiado frio.
o
Ser
capaz de manejar simultáneamente la afectividad y la razón y todo en una
proporción adecuada.
Al
ser la vida tan diversa y compleja, existirán momentos en los que necesitemos
ser especialmente lógicos, y otros en los que el énfasis deba ponerse en
lo emotivo.
Resumiendo,
en ocasiones, lo efectivo será lo afectivo.
·
Ser
capaces de superar las heridas del pasado. Una
persona equilibrada es aquella que vive adecuadamente en el presente, ha
asumido el pasado y vive esencialmente abierta hacia el porvenir.
Pasar
las historias negativas de nuestra vida es un buen ejercicio de salud
mental. Sino, corremos el peligroso riesgo de convertirnos en personas:
o
Agrias,
amargadas, resentidas…
atrapadas en la red del rencor.
Resentimiento significa sentirse dolido y no
olvidar y por esas tortuosas trochas se convierte uno en neurótico.
·
Una
persona equilibrada es aquella que tiene un proyecto de vida coherente y
realista:
o
Con las
tres grandes notas que le caracterízan:
Amor, trabajo y cultura.
No es
posible vivir sin un programa de vida.
La
improvisación y la chapuza son malos consejeros.
Cada
uno de estos tres grandes temas se abren en abanico y se cuelan por los
entresijos de nuestro interior, poblándolo y convirtiéndolo en un espacio habitable
en donde amor y trabajo se funden en un permanente ser feliz:
o
No
hay felicidad sin amor y no hay amor sin renuncias.
Y la
cultura, la estética de la inteligencia, nos lleva a poseernos, a ser dueños y
señores de nuestra parcela exterior e interior:
o
El
que no sabe lo que quiere no puede ser feliz.
o
El que
no ha sabido diseñar un programa de futuro, vive tristemente al día,
amenazado por los vientos momentáneos o permanentes que le traen y le
llevan de acá para allá.
·
Uno
de los síntomas más claros de equilibrio es tener una voluntad: sólida,
firme, recia, compacta, consistente:
o
Voluntad
para ponerse unas metas y retos concretos e ir a por ellos.
Voluntad
es determinación, apuntar a los objetivos sin detenernos ante nada,
sabiendo que una persona con voluntad llega en la vida más lejos que una
persona inteligente.
Sus
claves, su esencia es:
o
El
orden, la constancia, la motivación y la disciplina.
La
voluntad se educa desde pequeño, mediante el habito de vencerse en lo pequeño.
No
despreciar las pequeñas peleas de la vida ordinaria, que nos lleva a no despreciar
las pequeñas escaramuzas en donde uno se vence y se crece ante las
dificultades.
·
Equilibrio
es saber lo que uno quiero, hacia donde se dirige, saber dominarse y no
perder los estribos a pesar de las: dificultades, roces, provocaciones y
fracasos.
O sea
aprender a darle a las cosas que a uno le pasan, la importancia que realmente
tienen; es decir, justeza de juicio para valorar los hechos que nos
suceden de modo ecuánime, buscando su objetividad.
Esta son las raíces
psicológicas que nos hacen dueños y señores de nuestra persona. El juicio
sereno establece un nexo entre pasión y razón. Esto, como casi todo, se
aprende.
Aprender a desdramatizar para no agrandar
los problema.
·
Muy
importante es también haber ido creciendo con modelos de identidad: positivos,
atrayentes, fuertes, con coherencia interior y que nos arrastren a
imitarlos.
Estamos
en una sociedad técnicamente muy avanzada, con unos logros imponentes; pero en
lo humano, tengo que decir que estamos en una sociedad psicológicamente
enferma, neurótica, permisiva, que fomenta conductas hedonistas que más
tarde tiene que condenar.
En
ese clima en el que hoy nos movemos, están de moda los modelos rotos. La
televisión se encarga de presentarnos a las personas “famosas” pero no a las
personas “de prestigio”…
Muchos
consumen horas a la semana enganchados y narcotizados con estas historias
vacías de personajes huecos. Historias y personajes que van siendo,
desgraciadamente, copiados por muchos, que luego andan sin brújula. La impresentable
seducción por el sensacionalismo negativo.
El
modelo positivo, por el contrario, es alguien atrayente, ejemplar que provoca
admiración y que nos conduce a conocerlo más y a imitarlo.
·
Buena
capacidad para la convivencia. No hay nada más complicado que convivir.
Es un arte que necesita tanto de la pasión como de la paciencia. Saber
pasar por alto los roces y dificultades. La convivencia es tolerancia
y respeto del espacio del otro. Y no llevar rigurosas cuentas de fallos,
errores y dificultades o similares.
·
Una
persona equilibrada ha ido elaborando sentido de la vida. La palabra
sentido con sus tres significados:
o
Sentido
es dirección: Saber hacia dónde me dirijo
o
Sentido
es contenido: Tener fuertes los argumentos por los que vivir. Y los mejores
son: amor y trabajo y que ellos al fin conjuguen la felicidad.
o
Sentido
es coherencia de vida: Luchar porque existan dentro de nosotros el menor
número de contradicciones posibles.
·
Tener
una salud física básicamente positiva. El que tiene una enfermedad física
puede perder el equilibrio o desdibujarlo sin querer como consecuencia de ese
estado de salud.
Publicada
en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 27 de abril 2016
Publicada en DIARIO DE ÁVILA Digital 28 de abril de 2016
Publicado en
Forumlibertas.com “Opinión” 5 de
mayo 2016