35    El oro de los valientes

El año pasado cuando Induráin ganaba su 5º Tour leí en la prensa un artículo que se titulaba “lnduraínízar España”, en él se indicaba la inyección de moral que necesitaba una España que alicaída presenciaba, sin poder reaccionar, una cantidad desmesurada de acontecimientos desagradables que estaban minando la estructura misma de una sociedad a la que todos teníamos por moderna y en avance rápido hacia el progreso.
Hoy un año después al pensar en aquella frase, una vez que hemos contemplado el resultado de Induráin, en el Tour y en la Olimpiada, mi reacción instintiva es pensar, de nuevo, lo mucho que tenemos que aprender, pues este hombre que al no poder “Indurainizarnos” desde el Tour, aunque quizás -con su derrota- lo hizo más que nunca, saca fuerzas para llevarnos, de nuevo a todos, a lo más alto del pódium de los vencedores, ganando el preciado galardón olímpico.
Es incuestionable que todos no podemos ser Induráin, pero si podemos todos aprender de él, de su constancia, de su moral de victoria, que no retrocede ante la fuerza a veces impetuosa de la derrota, de su lucha, de su espíritu combativo y valiente, de su humildad, virtud en la que destaca -como si de una gran luz se tratara- en el brillante firmamento de su vida.
¡¡Ojala!! todos con su ejemplo venzamos, día a día, en la apasionante pero a veces tan dura, carrera de la vida, y si no vencemos, al menos, nos levantaremos de nuestras derrotas y desmoralizaciones para sacar fuerzas con las que al final a buen seguro -como Induráin- ganaremos el oro en la dura carrera del acontecer diario. Y así entre todos, aupada por nuestro empeño decidido e ilusionado, España subirá al pódium del progreso, pódium que será levantado en alto por hombres honestos, constantes y que saben, como Induráin, del valor del sacrificio.


Publicado en La Voz de ALMERIA     13 del  9 de 1996
Publicado en Diario JAÉN               18 del 9 de 1996
Publicado en Diario JEREZ              24 del 9 de 1996


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