490 Muere el Prelado
del Opus Dei
El día 12 de diciembre, festividad de la virgen de Guadalupe,
a las nueve de la noche, falleció en Roma el prelado del Opus Dei Javier
Echevarría, tenía 84 años y había nacido en Madrid.
Muy joven conoció el Opus Dei y desde el comienzo colaboró
activamente con el fundador: San Josemaría.
San Josemaría lo nombró secretario personal y realizó esta
función hasta la muerte del fundador, a continuación colaboraría en las
misiones de gobierno con el Beato Álvaro del Portillo, primer Prelado del Opus
Dei.
Y cuando el Beato Álvaro murió fue su sucesor hasta su muerte.
Por lo tanto desde
1994 ha llevado el timón de esta Institución.
Sagrada Institución, que siendo joven cuenta ya con la
madurez que le da su carácter:
·
Un carácter
eminentemente contemplativo, por hundir sus raíces en la fe y en el amor a
Jesucristo.
·
Y un carácter de pertenencia, absoluta y plena,
al mundo de hoy.
El vivir identificados con Jesucristo, el trabajo
profesional, la vida familiar, el encuadre con la realidad social, el
compromiso con los demás, el ejemplo y el máximo desvelo por la formación
profundamente humana y cristiana hacen de sus miembros personas vibrantes y con
un ideal firme:
·
Personas sólidamente preparadas, que saben vivir
su apostolado personal y su vida corriente de una manera sencilla y poco o nada
llamativa.
En el Opus Dei no se vive para llamar la atención, para
aparentar o para adquirir esferas de poder, se vive para amar a los demás y
amar a Jesucristo y a su santa Iglesia.
Y de esta manera, anclado plenamente en la firmeza de su
gran ideal, robustecido por sus grandes amores, vivió toda su vida y nos enseñó
a vivir a miles de personas nuestro querido prelado Javier Echeverría.
La nítida sencillez es una de las características de los
hombres de Dios.
La humildad, la naturalidad, el afán de pasar desapercibido,
el trabajo continuo y constante, la
presencia de Dios viva y contagiosa, el deseo de extender la Obra de Dios por
todo el mundo, la Iglesia y el Papa, el
mundo de los menesterosos y de los necesitados, la trágica realidad de las
atroces y descarnadas banderías humanas de cada día, la formación humana y
espiritual de todos sus hijos en todo el mundo han sido las constantes preocupaciones
de este siervo humilde y cordial que había recibido desde muy joven el testigo de
gobernar este Opus Dei que ya, por la gracia de Dios, es tan querido y amado
por tantos millones de personas.
Personas, que gracias al influjo de esta Institución han conocido
a Jesucristo y a la Iglesia, y son felices:
·
Muy, muy felices por poseer gratuitamente este
maravilloso don de la fe, gracias a la cual se funden con la esperanza, y fundidos
con este claro, brillante y encantador horizonte son vivificados plena y permanentemente
por el amor.
Que nuestro querido y muy amado Padre Javier, por la gracia
de Dios y por su vida fiel y plenamente comprometida, descanse en paz.
Publicada en DIARIO DE ÁVILA
Digital 15 diciembre de 2016
Publicado en La
Nueva España. Prensa Asturiana. Digital. 15
diciembre de 2016
Publicada en Diario JAÉN 17 de diciembre
de 2016
Publicada en “Cartas al
Director, Tu voz en la red” Digital
18
de diciembre de 2016