516 La pornografía una fantasía vulgar.
Juan Carlos Vásconez nos ha proporcionado con su
trabajo una ocasión propicia para tratar con orden y criterio este tema tan
actual y peligroso. Tanto la
ciencia como testimonios personales confirman que la pornografía va ocupando
cada vez más espacio, personas que comienzan viéndola de manera ocasional, en
muchas ocasiones, se convierten en espectadores compulsivos que se sienten
atrapados en un ciclo de fantasía, arrebato emocional y finalmente: frustración,
desesperación o desesperanza.
Para ayudar a vencer en
esta lucha es recomendable distinguir entre:
·
Los
ocasionales.
·
Los que
tienen el vicio.
·
Y quienes
han desarrollado una adicción.
Mientras el primer caso se
puede vencer fortaleciendo la voluntad y acudiendo a los sacramentos, los dos
siguientes necesitan de ayuda externa para poder salir.
En este artículo se intenta
dar algunas directrices para ayudar a los ocasionales y a los que tienen el
vicio. Mientras que quienes han llegado a la adicción es necesario que cuenten
con la ayuda de un profesional.
En muchas ocasiones puede
resultar difícil distinguir entre adicción y vicio. El vicio es un hábito
operativo malo, y los hábitos son cualidades difíciles de desarraigar, que
inclinan de modo estable a un sujeto a realizar determinado tipo de actos.
San Agustín habla de las
diferencias:
·
“Débil es aquél de quien se teme que pueda
sucumbir cuando la tentación se presenta; enfermo, en cambio, es aquél que se
halla ya dominado por alguna pasión, y se ve como impedido para acercarse a
Dios y aceptar el yugo de Cristo”.
Si ese vicio sigue
arraigándose más y más, lo cual puede ser cuestión de tiempo, el comportamiento
se vuelve compulsivo, y cuando esa compulsión termina por afectar las principales
esferas de la persona: familia, trabajo, relaciones interpersonales, tendiendo
a generalizarse, estamos ante una adicción.
Podemos decir que la
adicción es un vicio que se ha convertido en patológico: la persona se vuelve
incapaz de detener esta conducta.
Cuando un sujeto empieza a
exponer su problema en busca de ayuda, en algunos casos será oportuno hacer
preguntas para hacerse una idea y ver que remedios aplicar:
·
¿Desde
cuándo comenzaste con el vicio?
·
¿Cómo
llegaste al material?
·
¿Tiempo
que suele durar cada episodio?
·
¿Crees
que puedes dejarlo?
·
¿Lo
compartes con otros?
Es útil, ayudarle a
determinar cuál suele ser el detonante:
·
Estrés,
aburrimiento, marginación, soledad, fracaso, rupturas, desequilibrio, internet.
Claves para ayudar a dejar
la pornografía
Animar
a reconocer el problema:
·
Cuando
una persona reconoce que se trata de algo grave y que necesita ayuda, es cuando
se puede empezar a trabajar. Reconocer que existe un problema, saberse débil y
necesitado de ayuda es el primer paso para salir.
·
Bastará
explicar que ver pornografía, en combinación con acto impuro tiene un efecto en
el cerebro similar al de la cocaína en una persona con adicción a las drogas o
el alcohol en una persona con adicción al alcohol.
Establecer
estrategias de protección:
·
Evitar
todo aquello que pueda alimentar la vista, pues las imágenes tienen una gran
influencia sobre los pensamientos.
·
Instalar un filtro.
·
Quitar la posibilidad de wifi en determinadas
ocasiones.
·
Evitar las ocasiones:
No recorrer canales cuando
se está viendo TV.
·
Ser
selectivo con lo que se ve en:
Internet, los libros, las
revistas, los periódicos, las fotos, etc.
·
Evitar el aislamiento y la soledad.
·
Tratar de
ocupar el tiempo y no dar espacios al ocio, pues este es la puerta de todos los
vicios.
·
Evitar las malas compañías.
Autodisciplina:
·
Ayudar a
ir creando hábitos positivos. Por ejemplo:
Aprovechar el tiempo, hacer ejercicio, procurar el contacto con la
naturaleza, buscar diversiones sanas que ayuden a despejar la mente, desarrollar
el hábito de la lectura que siempre enriquece, ejercitarse en alguna labor doméstica
Constancia:
·
Salir de
este vicio no es inmediato, hay que estar preparado para la decepción de volver
a caer en viejos patrones mientras los nuevos se vuelven más fuertes. Se debe
animar, una y otra vez; si se recae en una falta, no significa que no se está
progresando.
Es muy aconsejable estudiar el porqué de cada
caída y aprender de ellas para derrotar a este gigante.
Y para terminar si eres
creyente o quieres ponerlo en práctica:
Confiar en el poder de Dios:
·
Sabiendo
que en las batallas del alma, la
estrategia muchas veces es cuestión de tiempo, de aplicar el remedio
conveniente, con paciencia y con tozudez.
Deseos
de mejorar:
·
No
permitir el desaliento.
·
Acudir
con frecuencia a la confesión, para obtener la gracia necesaria para vencer.
·
Asistir a la Eucaristía: Todo depende de Dios, sin él nada podemos
hacer.
·
Alimentar
tus pensamientos con buenas reflexiones. Ello
irá purificando, poco a poco, todo tu interior hasta transformar tus
pensamientos a un modo positivo
·
Rezar: Existen muchos testimonios de cómo la oración del
Santo Rosario ha ayudado a muchísimas personas a no caer en el vicio de la
pornografía. La invocación perseverante a la Madre de Dios y a San José como
estrategia que nunca falla.
·
Utilizar los sacramentales: como el agua bendita, los crucifijos.
Nos puede servir el consejo
que San Josemaría nos da en Camino:
·
¡Muy
honda es tu caída! Comienza los cimientos desde ahí abajo. Sé humilde. “Cor contritum et humiliatum, Deus, non
despicies”. No despreciará Dios un corazón contrito y humillado.
Publicada en Diario de Burgos 18 agosto
2016
Publicada en “Cartas al
Director, Tu voz en la red” Digital
3 de septiembre de 2016.