14 Carta a Jesús en Navidad


14  Carta a Jesús en Navidad

Querido Jesús: Con todo cariño, quiero -en estos días de diciembre-  dedicarte unas palabras llenas de calor humano y de fuego en el alma, y quiero hacerlo a viva voz, sin miedo, con atrevimiento y con fuerza, para que sean útiles  a los demás y puedan ayudar, a unos y a otros, a que se encuentren contigo en esta Navidad que se aproxima. En muchas ocasiones la Navidad se entiende y se vive mal; muchas fiestas, mucha comida, mucha bebida, mucha algarabía, pero poca disposición para conocerte y amarte. De esta manera egoísta hemos diseñado, durante muchos años, tu Navidad, con gastos, comidas y bebidas exageradas y fiestas y mucho atolondramiento … y nosotros osados insistimos  en que es tú Navidad; además de egoístas, cínicos, porque nos hemos olvidado de lo fundamental; como por ejemplo,  y esto es muy importante: de la pobreza de Belén, y de la pobreza de este mundo nuestro, que sufre: el hambre, el paro, la incultura, la falta de valores, la falta de fe, las guerras, la violencia, la injusticia, la insolidaridad, el aborto … Y nosotros mientras: o permanecemos indiferentes o nos desentendemos, y esa es, con clara evidencia, nuestra aterradora desgracia ¿o no es aterrador permanecer indiferente ante un panorama tan desolador y tan triste como estamos viviendo? Un panorama ante el que se pueden hacer muchas cosas y nos conformamos con no hacer nada, ¡si acaso, la crítica! para justificar nuestra acomodada actitud egoísta. Señor Jesús sácanos de nuestra poltronería, de ese ir -un día- y otro a lo nuestro sin pensar en las necesidades de los demás, sin pensar en el sufrimiento ajeno, sin pensar en la dureza de la vida de otras personas. Siempre a lo nuestro y encima, en ocasiones, a los que no tienen le quitamos hasta lo poco que tienen o lo humillamos o lo despreciamos o lo hundimos aún más que están, así somos Señor y así vivimos ajenos a los problemas del mundo. Nos preocupamos sólo de aumentar nuestro tesoro material, olvidándonos de nuestro destino eterno, olvidándonos del cielo, al cual llegaremos, por este camino y si seguimos así, con las manos vacías y con el corazón frío y el alma triste y sin nada; llegaremos desorientados y sin el amparo de nuestras buenas obras; obras que por nuestra terquedad hemos dejado de hacer. Triste, verdad; pues así será nuestra Navidad si seguimos por este camino, yo espero que empecemos a despertar y sintamos en el oído el susurro de Tu llamada, y de esta manera rectifiquemos y hagamos de nuestra vida una vocación hacia el servicio. Jesús ayúdanos a entender que hay muchos que necesitan de nosotros y empújanos para que estemos dispuestos. Y para finalizar, en esta Navidad, ayúdanos también a entender que es necesaria la oración, que es necesario ese manantial de gracia de tus  sacramentos, que es necesario el sacrificio y la penitencia para poder ahondar en los misterios de Dios; a fin de cuentas, ayúdanos a entender, que es necesario vivir muy, muy cerca de Ti, para –de esta manera- poder conocerte y amarte y amándote aprendamos a amar a todas las criaturas.     

Publicada en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 6 de diciembre de 2013