411 El peligro de la insensatez

411   El peligro de la insensatez

En este tiempo actual, entre otros, existe un mal evidente y sustancial que es:
·        “La colosal y destructiva insensatez en que vivimos”.
En vez de intentar, entre todos:
·        Resolver los importantes, acuciantes y a veces graves problemas de España.
Nos dedicamos, por ejemplo,  entre otras cosas peligrosas, a remover el pasado; pero no de una manera positiva buscando nuestras raíces: lo que nos une; sino de una manera negativa que consiste en buscar cuestiones que conllevan el indagar o recalcar lo que nos separa y lo que nos divide.
Es demasiado frecuente ya ver que en determinados sectores políticos se organizan con el presupuesto de todos, actividades:
·        Violentas o insultantes o para hacer daño, creando así un ambiente adverso y enrarecido.
Hoy muchos ciudadanos actúan con fines torcidos y con afán desmedido de crear discordia:
·        Hoy día en España se ataca demasiado a los demás.
·        Hoy peligrosamente abundan las divisiones y las tensiones desmedidas.
Y mientras lógicamente:
·        España va mal a nivel: político, social y económico, pero esto curiosamente parece preocupar menos.
Parece preocupar más, insisto, esa tendencia ya viciada y delictiva de atentar a los derechos de los demás, de criticar, de crear ese ambiente corrompido y tóxico que puede llegar a convertirse en un veneno mortal.
En España peligra la paz, hay una violencia, enmascarada o visible, que puede en cualquier momento explotar y ocasionar el deterioro de la convivencia y sus peligrosas consecuencias.
Hay muchos sectores en los que se palpa lamentablemente: el odio y la acción vengativa y ruin.
Convendría fomentar por todos los medios:
·        La cordura, los buenos hábitos de conducta, el respeto, la cordialidad, la amabilidad, la tolerancia.
·        La decencia: política, social y profesional.
·        Actividades de convivencia sana.
Convendría abandonar de raíz:
·        Lo que nos separa.
·        La teoría tan nefasta del: “Todo vale”
·        La idea de no poner límites: a nada, ni a nadie.
·        Tanto el libertinaje como la dictadura.
·        La corrupción que, ¡ojo!,  siempre acaba destruyendo.
Y coger la imprescindible bandera de la paz. Esa paz que, por ser el gran y prioritario tesoro, tenemos que custodiarla y fomentarla

Publicada en DIARIO DE AVILA Digital   22 febrero 2016 

Publicado en La Nueva EspañaPrensa Asturiana. Digital.   23  de  febrero 2016 

Publicada en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital  24 febrero de 2016

Publicada en El Periódico. Digital  24 febrero de 2016