43 Escribir para amar

43  Escribir para amar

Yo siempre procuro -al menos- escribir para amar, pero a veces -escribas o no- el amor está ausente. Por eso ahora quiero hacer esta reflexión en “voz alta”, teniendo en cuenta ese entramado diario que es la vida: con sus desafíos, con sus amores y con sus desalentadores desamores. Se puede dar la circunstancia de que escribas por amor y vivas en el desamor o vivas buscando algo que no tienes o vivas queriendo vivir algo que no vives o quizás si te descuidas puedes vivir pero en realidad no vives, porque has descuidado la coherencia o porque te has adormecido o porque te has aburguesado alejándote de la realidad de la que quieres vivir.
Hay personas que, porque le debes, y quieres tenerle: cariño, respeto y comprensión; te gustaría estar con más frecuencia a su lado, ser más comprensivo con ellas, quererlas más, expresarle tus alegrías y tus penas y conocer las suyas, compartir vivencias y experiencias; pero te das cuenta que a su lado no puedes, y no puedes quizás por algunos de los motivos siguientes o por muchos de ellos o quizás incluso por todos.
Los motivos pueden ser que, a su lado, no puedes habitualmente:
·    Reflexionar
·    Meditar
·    Orar
·    Dialogar
·    Sonreír
·    Ser
·    Empatizar
·    Pensar
·    Compartir
·    Trabajar
·    Expresar
·    Disfrutar
·    Discernir
·    Comprender
·    Reaccionar
·    Tolerar
·    Sentir
·    Discutir razonablemente
·    Convivir
·    Explicar
·    Cuestionar
·    Mirar
·    Observar
·    Atender
·    Respetar
·    Amar
·    Vivir

Hay personas a las que todo lo que hagas le molesta y para las que todo es criticable.
Y yo me pregunto y tú quizás te preguntes también: ¿son posibles tantas circunstancias adversas y a la vez?
Este laberinto que es la vida diaria, la convivencia diaria, da lugar, a veces,  a muchas situaciones adversas y no adversas; en la mayoría de los casos no se dará tanta adversidad junta, pero sí se pueden darse muchas de ellas, teniendo en cuenta que en muchas ocasiones unas son causa y origen de las otras, y que uno al sentirse acorralado por el otro puede ser  a la vez causante de algunas de ellas, existiendo una reciprocidad  explicable, dada la situación de desconcierto.
Quisiera que esta reflexión pudiera ser útil para que todos mejoremos la convivencia diaria, mejoremos nuestras relaciones; pues de ella dependerá al fin la mejora de la paz en todos los lugares y situaciones; la mejora tan necesaria: de nuestras familias, de nuestras ciudades y de toda la compleja amalgama que compone de este mundo nuestro.
Convivir en paz y para la paz, en el amor y para el amor, es un objetivo importante.
¡Entre todos quizás podamos! Al menos vamos a intentarlo.

Publicada en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital  5 de febrero de 2014