175               El Papa cumple 82  años

El día 18 de Mayo el Papa cumple 82 años y con este motivo quiero dedicarle unas palabras con las que deseo adherirme a su persona, a sus intenciones y a su labor como pastor supremo de toda la Iglesia.
Juan Pablo II con los jóvenes de Toronto, 25 de julio de 2002
Siento una gran satisfacción cada vez que tengo que escribir de Juan Pablo II, él  es el gran Papa de nuestro tiempo. Un hombre de excelentes cualidades humanas, de excelentes virtudes, de excelente talento y de más excelente aún carisma. Todo es poco, a mi juicio, para alabar al Papa, pero de todo y sobre todo sobresale en él su santidad. Juan Pablo II es un hombre santo, un santo para el siglo XXI, un santo entrañable, familiar, cercano... Hablar y escribir de Juan Pablo II para mí es una fascinación, como ya he dicho, y lo es por y la gran atracción  que, hacia él, siento. Juan Pablo II arrastra; Juan Pablo II dinamiza nuestra vida; Juan Pablo II da esperanza a todo el  acontecer diario; Juan Pablo II sabe llenar de luz la oscuridad, de resplandor la penumbra
La trayectoria de este Papa dice mucho de la riqueza inmensa de ésta Iglesia de Jesucristo. El nace en un país difícil y en unos tiempos difíciles y allí surge el gran  personaje de nuestra historia reciente. Allí, en Polonia, desde 1920 va resurgiendo ese personaje de tanta trascendencia histórica para  el mundo y especialmente para la Iglesia. Dios escribe la historia del mundo a su gusto, Dios desarrolla los acontecimientos de una forma que en ocasiones puede parecer poco lógica.
Y para terminar quiero hacer mención de unas palabras que Juan Pablo II escribió en su  undécima encíclica: " Evangelium Vitae". Dice así: "Quiero meditar de nuevo y anunciar el evangelio de la vida, esplendor de la verdad que ilumina las conciencias, luz diáfana que sana la mirada oscurecida, fuente inagotable de constante valor para afrontar los desafíos siempre nuevos que encontramos en nuestro camino... A  todos los miembros de la Iglesia, pueblo de la vida y para la vida, dirijo mi más apremiante invitación para que, juntos, podamos ofrecer a este mundo nuestro nuevos signos de esperanza, trabajando para que aumenten la justicia y la solidaridad y se afiance una nueva cultura de la vida humana, para la edificación de una auténtica civilización de la verdad y del amor".


Carta publicada en el Diario Jaén          mayo-2002


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