10.— Jubilación:
Maria Linarejos Peñalver Mendoza
Junio 2003
Querida
Lina, queridos compañeros, amigos todos.
Es
para mí un motivo de satisfacción
participar en este acto y el poder dirigirme a vosotros.
Una jubilación
es una celebración en donde la tristeza se combina con la alegría. Despedimos a
una compañera pero celebramos también el feliz final de una fecunda labor profesional
Lina,
tu eres una persona llena de sencillez. Una persona en la que la labor de
madre, de esposa, de profesora y de amiga se coordinan creando un esplendido
tapiz lleno de belleza
Tú
has sabido compaginar la labor social y humana, la labor religiosa como
creyente cristiana, la labor familiar y la labor profesional.
Tu
familia es para ti un futuro lleno de esperanza; tus nietos una luz brillante
que perdurara hasta el fin de los tiempos; y los amigos, que son el gran tesoro
del ser humano, son para ti una inagotable fuente de energía humana y
espiritual
Tus
compañeros, Lina, hemos procurado
acompañarte, alegrarte y ayudarte -no se si lo hemos conseguido- pero lo hemos
procurado. Queremos seguir en tu corazón y que en el futuro cuentes con
nosotros. Tú vas a vivir una nueva etapa pero tus compañeros seguimos siendo
tus compañeros y además queremos seguir siéndolo.
Lina
sigue contando con nosotros
Que
la Virgen de Linarejos, cuyo nombre
llevas con tanto orgullo, nos guíe, a ti y a nosotros, en esta nueva andadura.
Ella significa mucho para ti, pidele que sea para todos: esperanza, consuelo y
fortaleza.
Ahora
tú, une tus manos a la de los demás y nuestras manos unidas harán una cadena
solidaria, una cadena de esperanza y de ilusiones en este mundo nuestro tan
tristemente injusto.
Ahora
que tienes mas tiempo tienes que ser mas solidaria, mas fraternal, mas, mas,
mas… y siendo mas, mas, mas, serás mas feliz
y recibirás como premio una gran corona, la corona brillante que Dios ya
te ha preparado.
Maria
Linarejos Peñalver Mendoza para ti, de todos nosotros, un beso.