264 No lo mates, entregádmelos a mí.



264    No lo mates, entregádmelos a mí.

“No lo mates, entregádmelos a mí.” Estas palabras decía la Madre Teresa de Calcuta a aquellas mujeres que, por distintas razones de diversa índole, querían abortar. Y yo, haciendo eco de aquellas palabras, escribo esta carta y la dirijo a aquellas madres que, aun  hoy, tienen duda de sí abortar o no, y además tienen  duda de que en su vientre haya un ser humano y como consecuencia un hijo suyo. He leído, he visto, y he oído muchas situaciones relacionadas con el aborto y me parece terrible lo que allí se realiza, no sólo terrible sino tremendamente terrible: descabellado y cruel. Si muchas mujeres que tienen duda vieran estos vídeos no abortarían, aunque sólo fuera por la sombra de la duda de la existencia o no de un ser humano vivo; vivo y genéticamente con millones de datos copiados de su propia vida: de la vida de la madre y del padre. Es cierto que para la madre en muchas ocasiones las situaciones sufridas tiempo atrás, y que quizás permanezcan, son también terribles, es cierto que  hay muchos desengaños, situaciones de violencia, humillaciones, peligros vitales, atrocidades, vejaciones, desinformaciones; pero lo que no se puede dudar es que la vida de ese ser sigue allí y merece todo el respeto, por el simple hecho de ser: un ser inocente y además carne de nuestra propia carne, y que por él –además- circula nuestra propia sangre: “sois la depositarias de una pequeña y bella semilla: viva y deseosa de felicidad, que dentro de poco y si la dejáis vivir será una parte importante de vuestra propia vida, no lo dudéis”. Por lo tanto para apoyo  vuestro hay muchas instituciones que conocedoras de la gravedad de estos hechos y conocedoras también de las múltiples dificultades de  una madre que tiene que sacar adelante a su hijo después del alumbramiento, han decidido entregar su: vida entera o parte de su vida, para que estos bebes puedan seguir viviendo. Desde  internet puedes encontrar páginas abundantes que te ayuden a salir airosa de esta situación comprometida; busca,  las soluciones existen y muchas; busca, quien esté dispuesto  a  ayudar existe; y desecha para siempre la atrocidad de decidir la muerte de tu inocente, hijo e inocente,  madre e hijo, vida y muerte. Opta por  la vida y recibe con cariño esa mano amiga que está dispuesta a ayudarte, y te sentirá feliz, y te darás cuenta de que el amor todo lo puede. Y al final te adentraras en el umbral de la esperanza cuando veas la luz de unos ojos, de unos pequeños ojos, de unos ojos quizás de bellos como los tuyos y que ya vislumbran la luz, esa luz que tú  le has ofrecido y le vas a ofrecer dejándolos vivir. Gracias y felicidades tu decisión ha engendrado de nuevo vida. Una vida que será fundamentalmente para ti y para los tuyos.

Publicada en Diario JAÉN    19 de agosto de 2013


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