Su camino hacia la fe fue complicado y especialmente asombroso al
desencadenarse gracias a una
famosa película grosera y blasfema de 1999 titulada “Dogma”… que sin embargo a él le
acercó a Dios.
Lo explica en el Arkansas
Catholic. Traducido por: “religiónenlibertad”.
Brett nació en una familia que no iba a la iglesia.
Su padre era metodista, su madre era de familia pentecostal, de las
Asambleas de Dios. Pero al casarse dejaron de ir a cualquiera de estas
congregaciones.
Su madre colaboraba como asesora en un campamento de verano infantil
pentecostal. Brett acudió muchos veranos a ese campamento donde había
oración, y en su infancia creía en Dios, aunque nunca recibió una formación
religiosa real.
Al llegar la adolescencia, el problema del mal en el mundo: la pobreza, el
hambre, la violencia, etc… le llevó a pensar que Dios no existía:
·
Se declaró a sí mismo que era ateo.
Con 17 años, se sentó a ver “Dogma”,
una película irreverente y más bien grosera, sobre dos ángeles que han sido castigados y expulsados a la
Tierra y quieren “colarse” de nuevo en el Cielo aprovechando un jubileo
católico:
·
La película se ríe de los cristianos y el cristianismo.
Y recuerda Brett:
·
“Me senté a verla con toda mi
gloria atea, pensando que sería entretenida”
Pero en cierto momento uno de los ángeles explica que él está en contra
de destruir a los humanos, y expone que Dios los ha bendecido, que les ha dado libre albedrío, aunque
ellos destruyeron el Paraíso y tan siquiera respetaron al Creador.
Y explica Brett:
·
Lo sentí en un momento. Dios me hablaba a través de aquello. Aquello que era la mayor forma de blasfemia
que había visto en mi vida:
o “Eso fue lo
que cambió todo para mí”.
”Y a ese Dios que había creado al hombre libre y le toleraba y
perdonaba continuamente había decidió darle una oportunidad”.
Con su novia de instituto, Elizabeth, empezó a ir a una iglesia
metodista y a su grupo de jóvenes, y se casaron en 2005.
Curiosamente, Brett estaba sin
bautizar y el pastor metodista no parecía tener gana de bautizarlo.
Y sigue explicando Brett:
·
Hoy considero que ir a la
Iglesia Metodista fue como una antesala buena para el catolicismo. No
lo digo con condescendencia, pero en muchos sentidos el metodismo es como
un catolicismo amateur,
la estructura de un servicio metodista sigue casi, punto por punto, a uno
católico.
A Brett le gustaban los sermones que relacionaban la lectura bíblica
con la vivencia cotidiana.
En cierta ocasión Brett, acompañó a su mujer a visitar a un cura en la
catedral católica para realizar un trabajo de sus estudios.
Elizabeth preguntó al cura qué pensaba el catolicismo acerca de la gente de lugares remotos que no
conocían a Jesús: ¿Irían esas personas al infierno?
Y respondió el sacerdote:
·
“No, en absoluto, creemos que las personas que han llevado una buena
vida y han intentado servir a los demás, tienen las mismas posibilidades de
ir al Cielo que alguien que ha nacido y se ha criado en la fe católica”.
Aunque no sea una respuesta de Catecismo, a Carter le gustó porque mostraba
mucho respeto por otros credos.
Una respuesta más exacta sería:
·
“Los que sin culpa suya no conocen el
Evangelio de Cristo y su Iglesia pero buscan a Dios con sincero corazón e
intentan en su vida, con la ayuda de la Gracia, hacer la voluntad de Dios,
conocida a través de lo que les dice su conciencia pueden conseguir la
salvación eterna".
o
Catecismo de la Iglesia Católica 847- Lumen
Gentium 16.
En la víspera de Año Nuevo del 2013 se comprometió a entrar en la
Iglesia Católica:
·
“Fui a misa y me sentí como en casa. Ves mucha gente de muchas
procedencias y razas distintas, y todos estamos por la misma razón”.
·
Es asombroso: la catedral,
los olores, los sonidos... todo te hace humilde. No puedes sino
sentir que necesitas rendirte.
Empezó a acudir a las clases de iniciación cristiana para adultos
y en la Vigilia Pascual de
2015 se bautizó como católico.
Ahora se encuentra en un matrimonio mixto, puesto que su mujer sigue siendo metodista.
Es una situación frecuente en Estados Unidos.
Dice Brett:
·
“Ella es muy comprensiva y respetuosa, y
también su familia”.
Él acude casi siempre a la misa católica, aunque sigue asistiendo a
veces a los servicios metodistas con su mujer. Ella y los niños han ido a
misa en alguna ocasión.
Brett valora el tiempo que ha tardado en formarse y aprecia que la Iglesia Católica dé tiempo
a la gente para ir conociendo la fe antes de bautizarse o
entrar en la comunidad.
Y dice: “Ahora me gustaría devolver algo a la Iglesia”.
Y considera la posibilidad de comprometerse en un movimiento católico.
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