67 Costumbres
y tradiciones cristianas
Hay muchas cosas que se han perdido de las costumbres,
tradiciones y actuaciones que los cristianos practicaban, incluso también había
muchas personas que sin serlo tenían cogido esos hábitos de las tradiciones de
los cristianos; hoy todo esto es desconocido para muchos y desgraciadamente se
está perdiendo su práctica.
Por ejemplo: la bendición de la mesa antes de
comer; el rezar antes de acostarse a la Virgen y al Señor; el rezar el Rosario
en familia o en la iglesia e incluso en la misma calle; el rezar una pequeña
oración cuando salimos de viaje; rezar antes de un examen para que Dios nos
ayude; rezar ante una dificultad que se avecina o que pensamos que puede
suceder; hacer la señal de la cruz cuando pasamos delante de una iglesia;
entrar frecuente mente en una iglesia por la que pasamos y saludar al Señor con
una pequeña oración.
También era habitual: el respeto continuado a los
padres y a los mayores, pues ello formaba parte de nuestra formación humana y cristiana;
el poner una imagen de la Virgen en un lugar cercano a nuestro puesto de
trabajo; el ayudar a una persona mayor cuando lo necesitaba; el hacer
continuamente pequeñas servicios en nuestra casa; obedecer con prontitud a
nuestros padres, sin considerarlo un hecho heroico.
Los hábitos
siguientes también se van perdiendo: arrodillarnos ante el Señor en el sagrario; guardar el ayuno y la
abstinencia en cuaresma; guardar el ayuno
eucarístico una hora antes de comulgar; no mentir por costumbre y asiduamente;
no tener maldad en las peleas infantiles o juveniles; tener veneración por
nuestros mayores.
Otras normas esenciales: cederle el asiento, en el
autobús, en una sala de espera, cuando las personas tengan alguna dificultad
por su edad o por su circunstancias; pensar más en los demás siendo más
solidario; hacer prácticas caritativas con los más necesitados; no ser
vengativo; confesarnos con frecuencia cuando creemos que tenemos alguna falta o
algún pecado; vivir en cariño con los padres, tíos y abuelos; pensar en los
demás a la hora de actuar; no ser chapucero en el trabajo; vivir la cortesía y
el civismo en toda nuestras actuaciones;
Además era frecuente: agradecer frecuentemente a
Dios las cosas que nos ha dado; leer el evangelio habitualmente para empaparnos
de la vida de Jesucristo; tener siempre cerca un catecismo de la doctrina
católica para leerlo y releerlo y de esta manera conocer las virtudes y todo el
conjunto de la doctrina cristiana.
Ciertamente estas cosas tan importantes, aunque
era más frecuente que hoy día su práctica, en muchos casos tampoco era entonces
habitual, también había de todo, pero sí es cierto que había muchas más
familias que lo practicaban y que de unas personas pasaban a otras.
Hoy podemos decir que en un 90 porciento estas
cosas tan siquiera se conocen y tan siquiera se quieren conocer y aún más para
algunos pueden parecer retrógradas y anticuadas.
Pues sí queremos volver a vivir una vida sana del
cuerpo y espíritu tendremos que volver a pensar en estas costumbres y en estas
tradiciones, pues estas formas de vivir van más acorde con la condición del ser
humano; por mucho que queramos no nos podemos despegar de nuestra realidad,
tenemos una ley natural para todos, una ley divina que está ahí incrustada en
nuestras conciencias y de la que no podemos prescindir.
Por lo tanto animó a esta sociedad tantas veces: permisiva,
perniciosa y decadente a que se replantee su forma de vida, sus costumbres, y
qué valore de nuevo lo que dejó atrás, para coger erróneamente ,como hemos dicho,
caminos de perdición que tantos sinsabores nos están dejando.
Publicada en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 18 de marzo de 2014
Publicada en Diario de Burgos 20 de marzo de 2014